¡Para chuparse los dedos! | Quesillo de Auyama - 800Noticias
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Cocina

Por: @lamontelongo

Si una vez probaste el quesillo de auyama y te quedaste con las ganas de pedir la receta, se acabó tu espera. Aquí te la tenemos con una dulce explicación de la carismática chef venezolana Carmen Piedad Montelongo (@lamontelongo).

Disfrutamos mucho su forma de explicar la preparación de cada una de sus deliciosas recetas, por eso hemos querido compartirla con ustedes. ¡Este quesillo, sin duda, es para chuparse los dedos!

Ingredientes:
1 taza de leche condensada
1 taza de leche
1 1/2 de puré de auyama.
1 cucharada de Esencia de Vainilla
4 huevos a temperatura ambiente
3 cucharadas de Maizina Americana (fécula de maiz)
Para el caramelo 1/4 de taza de azúcar +4 cucharadas de agua.

Pelamos y troceamos aproximadamente kilo y medio de Auyama.

La llevamos al horno a 200° grados por 15 minutos. Sin agua, ni algún otro adorno u acompañante. Irá sola para que ensimismada suelte sus amorosas cuitas y se deshaga en soledad. Queremos un puré con la menor cantidad de agua y la mayor cantidad de sabor. No queremos desperdiciar color ni sabor, menos dejarlo chapoteando y vernos obligados a desecharlo. Horneamos. Hacemos puré y medimos taza y media.

En la licuadora colocamos la leche condensada, la leche, los cuatro huevos, la Maizina, el puré de Auyama y la esencia de vainilla. Podemos sustituir la vainilla por una mezcla de esa trilogía afrodisíaca y maligna que forman nuez moscada, clavo y canela, pero eso es a gusto de la víctima a la que hemos decidido «ablandar» con éste dulce. La Auyama es un conjuro a la prosperidad y el amor. No desperdicien sus poderes. Invoquen. Pidan. Deseen. El Universo los complacerá a cada bocado que se disuelva en sus bocas. Y dirá Amén.

En la quesillera disolvemos el azúcar y el agua y dejamos que el fogón convierta la inconsistencia del agua dulce en un caramelo oscuro, brillante y tan sólido que es imposible siquiera morderlo.

Damos vuelta a la quesillera y la forramos de caramelo en todos sus recovecos posibles. Vertemos la mezcla. Y se lo damos a María para que lo bañe durante una hora aproximadamente.

Dejamos enfriar. Si es posible, que duerma su furia en la nevera, que repose, que se relaje, que afloje el caramelo emparedado. Desmontamos. Servimos. Y celebramos en familia.

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