RECETA| Para merendar! Torta de queso sin horno
Con información de Rechupete
Cómo hacer una tarta de queso sin emplear el horno. Una de nuestras recetas dulces preferidas son los cheesecake o tarta de queso. Nos encantan las mil y una formas en las que se pueden preparar y las distintas texturas que cada uno de ellos tiene.
Es un dulce muy versátil al que no hacemos feos de ninguna manera. Tal y como demuestra la variedad de recetas que hemos preparado con anterioridad: tarta fácil de queso, mini cheesecakes en vaso individual, tarta de queso con chocolate y la popular tarta de queso americana o New York cheesecake.
Estas son una pequeña muestra de las muchas recetas que hay y que hoy queremos aumentar con una tarta de queso fría con mascarpone. Esta es de las que no requieren horno, perfecta para preparar cuando los calores aprietan o cuando no tenemos tiempo más que para la elaboración. Una vez dedicada nuestra atención a ello, el resto es esperar a que cuaje en la nevera y listo.
Sobre una base de galleta y mantequilla clásica, con trocitos de nuez, descansa una suave y mantecosa crema de queso con ligeros matices a limón que contrasta con la acidez de la fresa de la cobertura.
Esta es una receta muy fácil de preparar que no necesita más que de paciencia. Requiere de un tiempo de reposo en frío para estar lista por lo que conviene prepararla el día anterior, pero es cuestión de organización y punto. Vamos con la receta.
Preparación de base de galletas de nuestra tarta de queso
Trituramos las galletas junto con las nueces con ayuda de un robot de cocina. Si no disponemos de él, metemos las galletas en una bolsa y las machacamos con un rodillo y picamos las nueces a cuchillo.
Añadimos la mantequilla a temperatura ambiente a la mezcla de la galleta con la nuez y mezclamos bien hasta obtener una masa homogénea.
Cubrimos con ella la base de un molde desmoldable de unos 20 cm de diámetro, repartiendo la mezcla homogéneamente, y lo dejamos enfriar en la nevera.
Relleno de nuestra tarta de queso sin horno
Mientras tanto preparamos el relleno y comenzamos poniendo las hojas de gelatina a remojar en agua fría durante, al menos, 5 minutos.
Batimos bien el azúcar glas con la mantequilla y el queso crema. Podemos usar un robot de cocina, unas varillas eléctricas o hacerlo a mano.
Lavamos bien los limones, los secamos y los rallamos. También exprimimos su zumo. Le agregamos ambas cosas, ralladura y zumo, a la mezcla anterior y batimos hasta incorporar. Añadimos el queso mascarpone y batimos de nuevo.
Calentamos la nata líquida, procurando que no llegue a hervir. Podemos usar el microondas, donde 30-40 segundos serán suficientes.
Escurrimos las hojas de gelatina y las añadimos, una a una, a la nata caliente. Se disolverán por efecto del calor, pero damos unas vueltas a la nata con unas varillas o una cuchara para asegurarnos que no quedan grumos.
Agregamos esta mezcla a la del queso y batimos una última vez hasta que todo quede incorporado. Vertemos la mezcla en el molde, en este caso de 20 cm de diámetro, así queda como en la foto. Si queréis que quede más delgada, emplead un molde de mayor diámetro. La crema de ir sobre la base de galleta.
La guardamos en la nevera durante al menos 4 horas o hasta que solidifique.
Cobertura y presentación final de la tarta de queso sin horno.
Entonces preparamos la cobertura. En un cacito calentamos el agua con el azúcar a fuego suave durante 5 minutos.
Pasamos la mermelada de fresa por un colador y la añadimos al cazo. Mezclamos y, cuando vuelva a hervir de nuevo, le añadimos el agar-agar.
Removemos para que se disuelva y dejamos cocer a fuego suave durante un par de minutos. Dejamos atemperar la cobertura unos minutos antes de extenderla sobre la tarta de queso.
Introducimos de nuevo en la nevera para que la cobertura tome cuerpo y endurezca. Aproximadamente una hora, aunque mejor dejarla reposar toda la noche.
Consejos para una tarta de queso fría de rechupete
Puede que resulte extraño leer mantequilla entre los ingredientes de la masa de queso. La cantidad es muy pequeña y le da un toque de sabor muy sutil y una textura suave muy acertada. Si no quieres usarla, siempre podéis sustituirla por más queso crema.
Si os gustan las tartas de queso con toques cítricos. Puede que también queráis aumentar la cantidad de limón o incluir otros como la lima. Ojo con ello, esta es una tarta de queso y recomendamos que no os paséis.
Esta tarta se puede vestir de gala con tan solo colocar unas fresas troceadas en la superficie, alternadas con otros frutos rojos y del bosque y espolvoreada con azúcar glas. Una decoración muy sencilla que queda de lo más elegante y parecerá que la has comprado en una pastelería.
Si no tienéis agar-agar en casa, podéis sustituirlo por una lámina de gelatina neutra. Bastará con ponerla a remojo en agua fría y añadirla, bien escurrida, a la mezcla de mermelada de fresa recién hervida y retirada del fuego.
El mascarpone es un queso del norte de Italia, procedente de Lombardía, que se elabora con crema de leche, nata y ácido cítrico o ácido acético. Tiene una textura cremosa, pero consistente, un color blanco-amarillento muy claro y un sabor ligeramente dulce.
Es un producto muy delicado que se pone rancio rápidamente, así que hay que consumirlo “pronto”. Es perfecto para postres, sobre todo para la elaboración del famoso tiramisú, pero no es el único dulce en el que se utiliza y aquí está la tarta de queso fría con mascarpone para demostrarlo.
Ingredientes
- Para la base: 200 g de galletas
- 100 g de nueces
- 80 g de mantequilla
- Para el relleno: 200 g de azúcar glas
- 50 g de mantequilla
- 100 g de queso crema
- 6 hojas de gelatina neutra (2 g, por cada hoja)
- 60 ml de nata líquida o crema de leche (35% MG)
- 2 limones
- 400 g de queso mascarpone
- Para la cobertura: 100 ml de agua
- 40 g de azúcar
- 100 g de mermelada de fresa
- 1 g de agar-agar
- Fresón fresco para decorar