Cinco consejos para una alimentación saludable para no caer en dietas «mágicas»
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Se sabe que el sobrepeso y la obesidad son dos de los principales problemas de salud a nivel nacional en todas las edades.
Fácilmente prevenibles con prácticas de alimentación saludable desde el nacimiento, comenzando con la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses e iniciando a esa edad una alimentación complementaria adecuada, al tiempo que se continúa con la lactancia materna hasta los dos años, la obesidad y el sobrepeso son consecuencia de la malnutrición, es decir, del desarrollo de una dieta no equilibrada desde edades tempranas.
Según los últimos datos disponibles del Ministerio de Salud de la Nación en 2012, el 30% de los niños y niñas de edad escolar (de 13 a 15 años) tiene sobrepeso y el 6%, obesidad. En el mismo informe se afirma que el 50% consume dos o más bebidas azucaradas por día y que sólo un 17,6% consume cinco porciones diarias de frutas y verduras.
La malnutrición por exceso es mayor entre los varones en edad escolar y en la juventud mientras que presenta una mayor prevalencia en las mujeres entre los 25 y 65 años de edad
Los datos analizados por el Programa Nutricional del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires arrojaron que en la población atendida en centros de salud nivel 1 se observa un sostenido y alarmante incremento del exceso de peso conforme aumenta la edad. Entre los 6 y 14 años el porcentaje de obesidad es de un 23,7%; entre los 14 a 19 años baja y vuelve a incrementar entre los 19 y 25 años con un 23,2%. A partir de los 25 y 35 años con un 35,4% comienza a ascender progresivamente, el pico lo hace entre los 50 a 65 años con un porcentaje de obesidad del 55,6%. La malnutrición por exceso es mayor entre los varones en edad escolar y en la juventud mientras que presenta una mayor prevalencia en las mujeres entre los 25 y 65 años de edad.
Una alimentación adecuada, equilibrada y suficiente, acompañada de la práctica habitual de ejercicio físico son claves en la prevención de muchas enfermedades crónicas de los adultos: diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares, diferentes tipos de cáncer y osteoporosis.
«Los principales errores que se cometen a la hora de iniciar una dieta es que se siguen dietas muy restrictivas, carentes de algunos nutrientes; sin el seguimiento de un profesional idóneo que incluso pueden ser riesgosas para la salud», aclaró Natalia Nanini, médica pediatra e integrante de la Unidad de Promoción y Control de Enfermedades Crónicas no Transmisibles del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires. Además insistió que para iniciar un plan alimentario adecuado habría que concurrir a un profesional que evalúe los factores individuales, el estado de salud y antecedentes personales.
En los meses previos al verano son más frecuentes las dietas y las consultas con nutricionistas, pero, «no es correcto pensar en iniciar una dieta solo para el verano, se deben adoptar hábitos más saludables de forma paulatina, que perduren en el tiempo. El llevar un estilo de vida saludable tiene un impacto valiosísimo en nuestra salud integral actual y futura», agregó Nanini.
La especialista enumeró los pasos a seguir para llevar una alimentación saludable todo el año:
– Realizar 4 comidas al día, elegir alimentos naturales de todos los grupos (verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, lácteos descremados, carnes magras, huevos y aceites crudos).
– Tomar al menos 8 vasos de agua al día.
– Consumir a diario 5 porciones de frutas y verduras en variedad de tipos y colores.
– Realizar al menos 30 minutos de actividad física al día.
Para que estas recomendaciones puedan ser adoptadas, los entornos en los que transcurre la vida cotidiana de las personas deben ofrecer y/o facilitar opciones saludables
«Los productos que se recomiendan evitar son los alimentos y bebidas ultraprocesadas(galletitas dulces, embutidos, papas fritas, comidas envasadas listas para consumir, gaseosas, jugos artificiales, aguas saborizadas, etc.) que tienen un alto contenido en grasas, azúcar y sal -ahondó la especialista-. Se recomienda consumir comidas elaboradas en casa con alimentos naturales o mínimamente procesados».
Para que estas recomendaciones puedan ser adoptadas, los entornos en los que transcurre la vida cotidiana de las personas deben ofrecer y/o facilitar opciones saludables. Además, debe limitarse la publicidad de alimentos y bebidas no saludables, en particular dirigida a niños, niñas y adolescentes.