Dieta de Albert Einstein pudo contribuir a su inteligencia - 800Noticias
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Los estudios de la evolución establecen que los homosapiens (humanos actuales) durante la historia han consumido muchos tipos de alimentos, que nos han permitido desarrollar el cerebro mucho mejor que el de otras especies y con ello ser la raza dominante de la Tierra.

Basándonos en eso, sería posible que la dieta del científico más conocidos de la historia e influyente del siglo pasado, Albert Einstein, haya sido la clave de su gran inteligencia.

En una de las últimas cartas que envió el científico alemán a su amigo Hans Meuhsan en 1954, éste le comunicaba que tenía una dieta libre de grasas, carne y pescado, lo que nosotros definimos en la actualidad como una “dieta vegetariana”. Sin embargo, al analizar los platillos que le describió a su amigo, podemos ver que tenía una dieta más bien omnívora, pero con ciertas limitaciones.

Para Albert Einstein el desayuno era la comida más importante del día, ya que el cerebro necesitaba recargar el combustible después de más de 7 horas de inanición. De allí que fuera su comida más pesada.

Todos los días comía dos huevos fritos, junto con una ración de champiñones con miel y pan. Una mezcla que según él era exquisita, pero muy difícil de conseguir debido a que los huevos, la mantequilla y el pan que le gustaban eran escasos durante la Primera Guerra Mundial.

Los huevos son ricos en proteínas y minerales como hierro, selenio y fósforo. Mientras que los champiñones con miel tienen un alto contenido de vitaminas B y antioxidantes.

Según el escrito, el almuerzo era la parte de la dieta que menos le importaba a Albert Einstein. A tal punto que muchas veces se olvidaba esta comida. Sin embargo Walter Isaacson, un periodista británico y conocido de Einstein, aseguró en su libro que una vez lo invitó a almorzar una lata de frijoles que calentó en una estufa Sterno.

La dieta de Albert Einstein terminaba con la cena, la cual solía ser bastante ligera. En su mayoría consistía en refrigerios frutales con salchichas, queso Gruyère y té.

Sólo ocasionalmente salía de esa dieta para consumir los regalos que le ofrecían sus amigos matemáticos: Maurice Solovine y Conrad Habicht, que eran por lo general frutos secos, arroz o macarrones. Aunque para su cumpleaños 38, lo sorprendieron con caviar.

Es imposible saber a ciencia cierta si la dieta de Einstein contribuyó a su enorme capacidad intelectual, pero muchos científicos creen que es posible. Principalmente porque la dieta de Einstein se sustentaba en tres pilares básicos de la dieta alimentaria actual: las frutas, verduras y proteínas no grasas, que está demostrado que ayudan a mejorar procesos cognitivos como la memoria, el aprendizaje y la agilidad mental.

Además de que le huía a dos grupos alimenticios que, en exceso, pueden ser perjudiciales para la salud, como son las grasas y los azúcares. Ambos capaces de obstaculizar el flujo sanguíneo y reducir la oxigenación del cerebro.

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