Galletas de cúrcuma, jengibre y canela
800 Noticias | Foto: referencial
Si tienes ganas de unas deliciosas galletas, es hora de que pruebes con esta maravillosa receta.
Ingredientes
- Harina de trigo, 300-350 g
- Maizena, 50 g
- Azúcar, 150 g
- Levadura, 15 g
- Aceite, 60 g
- Cúrcuma, 1 cucharada
- Jengibre en polvo, 1 cucharada
- Canela en polvo, 1 cucharada
- Sal, una pizca
- Agua, 175-200 ml
Preparación
Para hacer las galletas de cúrcuma, jengibre y canela, sólo tenemos que tener en cuenta una cosa: cada harina tiene una absorción diferente del agua, por lo tanto, estos dos ingredientes se ajustan según se va haciendo la mezcla.
Antes de hacer nada, encendemos el horno y lo precalentamos a tope, para que esté a punto cuando acabemos con la masa.
Para hacer las galletas, empezamos mezclando todas las especias en polvo con unas cucharadas de agua, añadimos la sal y movemos hasta que tengamos una pasta lisa y completamente integrada.
A esta pasta le añadimos maizena, levadura y aceite, y mezclamos, poniendo un poco de agua si hace falta. Sobre este punto de partida, vamos añadiendo agua y harina hasta tener una mezcla que resulte de la textura de una plastilina muy blanda, o una bechamel espesa, que se despegue de las paredes del bol. Yo he necesitado 300 g de harina y no he usado los 200 ml de agua enteros, y ahí tenía una textura que ya podía pellizcarse con los dedos fácilmente y se podían formar pelotitas de masa.
Llegados a este punto, pellizcamos porciones de masa, y hacemos bolitas. Si vemos que la masa se pega un poco a las manos, un buen truco es tener las manos mojadas con agua, eso permite manejar mejor las masas pegajosas. Aplastamos las bolitas, y las ponemos en una bandeja de horno, separadas un par de centímetros unas de otras, porque van a crecer un poco; o en una bandeja para galletas.
Si la textura de la masa es más bien durita, las galletas serán altas y algo más secas una vez cocidas; si la textura tiende a ser blandita serán más esponjosas y se expandirán un poco más, quedarán más planas. Eso ya es a tu criterio.
Las horneamos a 180 ºC unos 12-15 minutos, vigilamos que empiecen a dorarse y en ese momento, las sacamos del horno [no hay que dejar que se tuesten]. Las dejamos enfriar en una rejilla. Y las conservamos en una lata bien cerrada, duran unos días, si es que llegan.
Con información de Migas en la mesa
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