Falsos mitos sobre el cuidado de la piel
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Es posible que la dermatología sea la especialidad médica sobre la que circulan más bulos y falsos mitos, sobre todo respecto al cuidado de la piel. Vamos a comentar algunos de los más conocidos.
En especial, todo lo que tiene que ver con la cosmética de la piel y el cabello es un terreno muy propicio para las opiniones especulativas y poco científicas. Detallamos una serie de mitos que existen sobre el cuidado de la piel.
1. El acné por comer chocolate y embutidos
La posible relación del acné con la dieta ha sido objeto de estudio desde hace décadas. Hoy en día sabemos con certeza que el acné es un proceso normal en la adolescencia. Tiene que ver con una época de la vida en la que las hormonas y el crecimiento ocasionan exceso de grasa en la piel, y taponamiento de los poros.
Algunos casos de acné con más inflamación pueden necesitar un tratamiento por su carácter antiestético y porque pueden ocasionar cicatrices. Sabemos que la principal causa de estos acnés es genética, y tiene que ver con una forma de ser del sistema hormonal y la piel en personas con historia familiar.
Otros factores que pueden influir sobre desarrollar acné grave son potenciadores externos como el estrés y algunos elementos de la dieta, aunque tienen un papel seguramente poco relevante o controvertido. Sobre todo, nos referimos a alimentos con un alto índice glucémico como la leche o los dulces (bollería, galletas, chocolate azucarado, etc).
Es decir, no son los alimentos grasos, sino aquellos que tienen un contenido elevado de azúcares de absorción rápida, que tienen capacidad para aumentar la producción de insulina. Como estos alimentos deben tomarse con moderación y no deben de ser la base de una dieta sana, evitarlos en los niños y adolescentes es la norma a seguir.
2. Lavarse el pelo mucho hace que caiga más
Cada día se desprende cabello que es sustituido por uno nuevo, por lo que ver pelos en la ducha es lo más normal. Algunas personas creen que lavar el pelo en exceso puede hacer que caiga más, y es una idea errónea. Lo cierto es que con cada lavado diario facilitamos que los cabellos que tienen que caer lo hagan, y nos damos cuenta de su caída. Otro mito es que el pelo húmedo se «pudre» y se debilita, pero es otra idea errónea. De hecho, un secado agresivo del pelo consecadores a alta temperaturaspuede llegar adesnaturalizarlo y romperlo. Como todo en esta vida, lo mejor es el término medio. Un lavado del pelo cada día o cada dos días es lo correcto para la mayoría de las personas.
3. La intolerancia al gluten siempre causa problemas de piel
Algunas veces se le atribuye a la intolerancia al gluten problemas que no necesariamente están demostrados. La única enfermedad de la piel que se asocia con la celiaquía o intolerancia al gluten es una rara enfermedad ampollosa llamada dermatitis herpetiforme, que provoca picor y ampollas.
Por lo demás, el único signo externo de una persona con celiaquía puede ser consecuencia de una posible malnutrición en casos extremos en los que el paciente no se esté alimentando correctamente. En esta situación, que es muy rara de ver, la piel puede manifestar sequedad y el pelo y las uñas pueden ser más débiles y quebradizas.
4. La mejor crema antiarrugas es la más cara
En realidad, la industria de la dermocosmética y las cremas antiedad vive de mitos y bulos poco científicos, aprovechando un mercado ávido de comprar productos milagro que prometen lo que no pueden cumplir. Una buena crema «antienvejecimiento» debería aportar hidratación a la piel y protección solar, pero probablemente el resto de las moléculas que contiene, incluyendo vitaminas o antioxidantes, no tienen ninguna base científica. Es más beneficioso para el cuidado de la piel un estilo de vida saludable, que evite el tabaco (es una causa bien establecida de envejecimiento cutáneo y arrugas), y promueva el consumo de fruta y verdura fresca. No es necesario gastar el dinero en cremas «milagro».
5. Nutrir la piel y el pelo con cremas y champús con vitaminas
Una de las falsas acepciones sobre los productos de belleza es que tiene que «nutrir» la piel y el cabello con vitaminas y minerales de todo tipo. Es evidente que aplicar vitaminas sobre la piel no consigue nada, ya que no se absorben ni se aprovechan. La piel y el pelo se generan «desde dentro», y el aspecto saludable no se consigue aportándolos «desde fuera».
6. Protegerse del sol puede provocar déficit de vitamina D y osteoporosis
Es de dominio público que el calcio de los huesos necesita de vitamina D para fijarse y asegurar una correcta mineralización. La vitamina D es producida en la piel bajo la acción de la luz solar, y se ha especulado que proteger la piel del sol para evitar el cáncer cutáneo podría provocar niveles muy bajos de la vitamina D.
En realidad, el asunto es mucho más complejo, ya que en los países occidentales la vitamina D está siempre a niveles muy bajos durante los meses no soleados del año, ya que nuestra vida ha dejado de desarrollarse al exterior y tendemos a vivir y trabajar en ambientes cerrados con luz artificial que no contribuye a producir vitamina D.
Por otra parte, una exposición de sólo 15 minutos a la luz de la calle en la cara y las manos es suficiente para producir toda la vitamina D necesaria. Incluso hay estudios que han demostrado que, aplicando fotoprotectores, se fabrica suficiente vitamina.
Por ello, parece razonable buscar la luz exterior con moderación en invierno, o tomar suplementos de vitamina D si el médico lo recomienda, y proteger la piel del sol en verano sin necesidad de preocuparse por la osteoporosis.
Lo que debes saber…
- Creer que lavar el pelo en exceso puede hacer que caiga más es una idea errónea. Con cada lavado facilitamos que los cabellos que tienen que caer lo hagan, y vemos su caída.
- La principal causa de los acnés más agresivos es genética, y tiene que ver con una forma de ser del sistema hormonal y la piel en personas con historia familiar, no de la dieta.
- Aplicar productos con vitaminas sobre la piel no consigue nada, ya que no se absorben ni se aprovechan. La piel y el pelo se generan «desde dentro», y su aspecto saludable no se consigue aportando estos nutrientes «desde fuera”.
Fuente: Salud Mafre