Virus y bacterias: Dos monstruos microscópicos
EFE Salud
El Servicio de Microbiología del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, dirigido por la Dra. Laura Cardeñoso Domingo, es uno de los departamentos de vanguardia de la Sanidad Pública mundial que se deja “el cuerpo y el alma, o lo que haga falta”, en defensa de la salud de todas y todos los pacientes que presentan algún síntoma infeccioso, máxime en tiempos del coronavirus.
“Estas muestras, sean sólidos o líquidos, pueden proceder de las Urgencias del Hospital, de Medicina Interna, de las plantas de hospitalización de pacientes de Neumología, Oncología, Hematología o de cualquier otro Servicio que lo solicite; pero durante la segunda ola de la pandemia provienen en su inmensa mayoría de los Centros de Atención Primaria de nuestra área sanitaria”, dice.
Después de su registro informático, la maquinaria humana y robótica del laboratorio de Microbiología trabaja en cadena, codo con codo, para obtener la mayor eficacia posible. Los diferentes procesos y análisis buscan aislar e identificar al agente de la enfermedad, que si se trata de la neumonía tendrá su etiología localizada en las bacterias, los virus e incluso en los hongos.
Poner nombre y apellido a los microorganismos para aclarar el diagnóstico clínico de una neumonía
Muchos virus y bacterias, con una intención patológica natural, pueden conseguir que suframos una infección de nuestro sistema respiratorio si son capaces de vencer a nuestro sistema inmunológico, que siempre está en guardia frente a estos monstruos invisibles, a los que les gusta colonizar el parénquima pulmonar.
Estos microorganismos generan neumonía reduciendo sistemáticamente el intercambio gaseoso celular que se produce en los alvéolos: primero en alguno de los lóbulos pulmonares y luego multiplicándose a nivel bilateral, como un martillo pilón, hasta dejarnos sin resuello.
La neumonía, infección de las vías respiratorias bajas, tiene una amplia variedad de agentes causales que dependen del perfil de cada paciente y también del contexto epidemiológico.
“El diagnóstico microbiológico intenta identificar el agente patógeno causante de la infección y, por tanto, ajustar y dirigir el tratamiento clínico. Pero no siempre se consigue. Muchas neumonías pueden quedarse sin revelar la etiología del microorganismo”, subraya la doctora Cardeñoso.
Las bacterias son microorganismos unicelulares procariotas capaces de sobrevivir y desarrollarse en cualquier ambiente y superficie, pero lo hacen de forma muy especial en el interior y en el exterior del cuerpo humano, de forma afortunadamente benévola en la mayoría de los casos.
Pero algunas bacterias nos invaden y nos hacen enfermar. Son realmente dañinas.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, solo en el año 2015 fallecieron alrededor de 920.000 niños y niñas por neumonía, el 15% de la mortalidad infantil de menores de hasta cinco años de vida; morbimortalidad muy prevalente en el África Subsahariana y en Asia Meridional.