Subida de temperaturas obligará a adaptar nucleares del Sur de Europa, según un informe
EFE
El aumento de las temperaturas y del número de días consecutivos sin precipitaciones conllevará que, sobre todo en el sur de Europa, haya que establecer disposiciones de adaptación asociadas a estrictas revisiones de seguridad de las centrales nucleares si se decide mantenerlas activas.
Esta es una de las advertencias incluidas en la segunda edición del informe sobre el Estado del Clima en Europa en 2022, elaborado por la Organización Mundial de Meteorología (OMM) y el Servicio de Cambio Climático (C3S) del sistema satelital europeo Copernicus.
En esa segunda edición, el informe se centra en energía y pone de relieve cómo los fenómenos meteorológicos extremos (calor intenso, inundaciones o sequías) repercuten cada vez más en la oferta, la demanda y las infraestructuras del sistema energético europeo.
Según el documento, en las tres últimas décadas han aumentado las paradas de plantas nucleares por condiciones climáticas adversas, aunque, por ahora, representan una parte muy pequeña del total de interrupciones.
En 2021, las pérdidas de producción relacionadas con condiciones meteorológicas representaron el 0,33 % de la generación mundial de energía nuclear, con el bajo caudal de los ríos y el aumento de las temperaturas como principales causas.
Si empeoran los escenarios climáticos a largo plazo, advierten la OMM y C3S, el Sur de Europa podría registrar algunos de los mayores aumentos porcentuales a escala mundial de temperaturas extremas, superiores a 40°C, y del número de días seguidos sin precipitaciones.
«Este resultado, sobre todo en lo concerniente a los posibles emplazamientos de centrales nucleares en el sur de Europa, subraya la necesidad de establecer disposiciones de adaptación asociadas a estrictas revisiones de la seguridad si se decide que las centrales sigan en activo», según el documento.
En España, el actual Gobierno, sindicatos y compañías eléctricas han pactado un plan de cierre progresivo del parque atómico nacional, que finalizaría en 2035. Está por ver si este plan se mantiene en el caso de que el PP gané las próximas elecciones generales.
Renovables, esperanza de futuro
El informe, publicado con motivo de la celebración en Dublín de la sexta Conferencia Europea sobre Adaptación al Cambio Climático, también analiza los efectos de este fenómeno sobre las energías renovables, cuyo mayor uso, según los autores, «permite tener esperanza de cara al futuro».
Europa se ha estado calentando el doble que la media mundial desde la década de 1980, con repercusiones de gran alcance en el tejido socioeconómico y los ecosistemas (…), «pero hay un rayo de esperanza: las renovables generaron el año pasado por primera vez más electricidad que los combustibles fósiles», subrayan.
Según el informe European Electricity Review de EMBER, eólica y solar produjeron el 22,3 % de la electricidad de la Unión Europea (UE) en 2022, frente al 20 % generado con combustibles fósiles y el 16 % procedente del carbón.
Para garantizar que se alcanzan los objetivos renovables fijados por la Unión Europea, los autores del informe defienden que es imprescindible conocer cómo afectan las condiciones climáticas a cada tecnología para saber cuál implantar en cada zona.
Solar en el sur y eólica en los mares
El mayor peso renovable en el mix eléctrico de 2022 se debió al aumento de la potencia solar instalada, pero, también, a que la radiación solar en superficie fue la más alta desde 1983, cuando comienzan los registros, y se situó un 4,9 % por encima de la media de 1991-2020.
En general, el sur de Europa dispone de más radiación solar en superficie debido al ángulo solar y a la menor cobertura nubosa.
Por su parte, el potencial eólico es mayor sobre el océano, especialmente frente a las costas de Irlanda y Portugal y el mar Egeo, en tanto que la energía hidroeléctrica está directamente relacionada con la topografía de Europa.
Además, los factores meteorológicos que determinan el potencial de las energías renovables presentan una gran variabilidad estacional, de tal forma que la media mensual de la velocidad del viento puede variar de -40 a +80 % de la media, la de precipitación ±30 % y la de radiación solar en superficie alrededor de ±15%.
Los datos revelan que solar y eólica tienden a complementarse a lo largo del año, ya que la radiación solar es mayor en el semestre estival y la intensidad del viento suele ser mayor en el invernal.
Otro dato a tener en cuenta en el despliegue renovable sería, según la misma fuente, que entre 1991 y 2020, la radiación solar en superficie ha aumentado, mientras que la velocidad del viento y las precipitaciones no muestran una tendencia significativa. EFE
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