Señales de que quizá te estés pasando con el deporte
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Hay personas muy enfrascadas en su cuidado personal y por ejemplo el tema del entrenamiento lo llevan hasta el extremo sin darse cuenta. Eso sí, es importante saber que el exceso de entrenamiento puede ser perjudicial para la salud, al no descansar lo necesario para recuperarnos del esfuerzo. Veamos aquí las claves.
Para ello nos ayuda en una entrevista con Infosalus el doctor Christophe Ramírez Parenteau, médico especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte, y director médico de la Clínica HLA Dr. Sanz Vázquez (Guadalajara).
Según indica, para poder reconocer qué significa un exceso de entrenamiento en primer lugar define qué es entrenamiento: «Acción de preparase para un esfuerzo que inicialmente no podemos realizar, al menos en la duración o intensidad deseada».
Sostiene el también director de los Servicios Médicos de la Real Federación Española de Atletismo que si hablamos de una carrera, por ejemplo, el objetivo es correr más tiempo y/o más deprisa de lo que podemos inicialmente; de forma que en el largo plazo la meta del entrenamiento es cada día correr un poco más y un poco más deprisa.
«El arte del entrenamiento reside en cómo realizar esa progresión, ya que si no vamos respetando cada etapa puede que, en vez de acostumbrarnos a correr más y más deprisa, pasemos a acumular cansancio, en cuyo caso cada vez podremos correr menos tiempo y además más despacio», advierte.
En concreto, cita que el tiempo necesario para recuperase de una sesión de entrenamiento varía mucho en función de la carga de trabajo, y pone el ejemplo de que para una misma persona la carga de trabajo que supone correr 10 minutos a 10 km/h es mucho menor que si corre una hora a 20 km/h.
«Por ello el tiempo que necesita el organismo para recuperarse de ese esfuerzo será menor en el primer caso, que en el segundo. Por otro lado, un deportista entrenado se recupera en menos tiempo que otro menos entrenado, en el caso que los dos realicen el mismo esfuerzo», apostilla.
Suponiendo que la persona se somete a un esfuerzo ajustado a su estado de forma, el tiempo habitual de recuperación está en torno a las 18 horas, con lo que al día siguiente se podría realizar un nuevo esfuerzo, subraya el doctor Ramírez Parenteau.
Pero, ¿hemos estado recuperando durante esas 18 horas? Sostiene que todo depende de lo que se haya estado haciendo, si se han dormido nueve horas y otras nueve horas realizado actividades poco intensas, es probable que sí. Pero si en esas horas ha habido una jornada laboral intensa, la recuperación ya no es la misma y más si esa jornada laboral ha sido nocturna. «En ese caso habrá que prolongar más las horas de recuperación», resalta el experto en Medicina de la Educación Física y el Deporte.
SÍNTOMAS DE EXCESO DE ENTRENAMIENTO
Con todo ello, el director médico de la Clínica HLA Dr. Sanz Vázquez (Guadalajara) cree que no es tarea fácil el detectar el exceso de entrenamiento, ya que el objetivo de un buen entrenamiento es acumular el máximo de cargas de trabajo, llevando el organismo al máximo, pero sin pasarnos. «Esa frontera entre el entrenamiento máximo y excesivo es una línea muy fina», avisa.
De forma práctica, si en el entrenamiento se sufre más de lo que se disfruta, andamos cerca de la frontera, reconoce. Además, menciona que si el deportista disminuye su rendimiento, duerme mal, está cada vez menos animado, si se levanta por la mañana muy cansado, si pierde el apetito, y se muestra apático o agresivo, estas también son señales de que nos estamos pasando.
«De forma general si nos levantamos al día siguiente peor que le día anterior es que algo no va bien. Partiendo de la base que entrenar sin dolor es imposible, un entrenamiento bien realizado debe componerse de sufrimientos agradables», mantiene el doctor Ramírez.
En las mujeres, por ejemplo, dice que pueden llegar a producirse cambios en su menstruación si entrenan de manera excesiva. «Este sobreesfuerzo va a suponer una agresión para el organismo, de forma que se va a poner en ‘modo ahorro’ para intentar gastar lo mínimo posible. En ese caso, lo primero que se ven afectadas son las hormonas, entre otras las sexuales, encargadas de regular el ciclo menstrual en la mujeres. Por ello uno de los signos de alarma de entrenamiento excesivo en un cambio en el ritmo menstrual habitual», precisa.
Eso sí, puntualiza el especialista de HLA que no todas las alteraciones del ciclo son debidas a un exceso de entrenamiento, otros muchos factores pueden afectar al ritmo menstrual femenino.
Así con todo, indica que para evitar el exceso de entrenamiento lo ideal es dejarse asesorar por un profesional que nos oriente sobre cómo entrenar: «Este profesional deberá diseñar un plan de trabajo que se adapte a nuestro estado de forma, nuestra edad, nuestro tiempo libre, nuestro horario laboral, nuestro tipo de trabajo (más o menos físico), nuestra estructura muscular y sobre todo nuestros objetivos. Realizar un plan de trabajo que nos diga qué hacer cada día de la semana durante varios meses, respetando todos estos parámetros, resulta muy complejo y no lo puede realizar cualquiera».