Proceso en apelación de Carlos se inicia sin abogados
Proceso en apelación de Carlos se inicia sin abogados
PARÏS, 13 Mayo 2013 (AFP) – El venezolano Ilich Ramírez Sánchez, alias «Carlos» o «el Chacal», compareció de nuevo este lunes ante un tribunal de París por cuatro atentados cometidos en Francia en los años 1980 y sorprendió al tribunal al presentarse sin abogados para protestar por la falta de apoyo de las autoridades venezolanas.
«He prohibido a mis abogados que vengan a defenderme», declaró Carlos en francés al iniciarse el proceso en el tribunal especial de apelación de París.
«No es contra el tribunal […] no tengo ninguna intención de sabotear el proceso», explicó Carlos, que califica de «sabotaje» la negativa de las autoridades venezolanas de asumir los gastos de su defensa en este juicio.
Por ello, pidió que sean designados abogados de oficio para representarlo y que el proceso pueda realizarse. Dos abogados de oficio entrarán pues al proceso al reanudarse éste el lunes por la tarde.
Esos abogados «no conocerán el legajo, pero yo lo conozco. Esto debilitará un poco la defensa, pero nos las arreglaremos», aseguró.
No obstante, los abogados designados de oficio pueden negarse a defenderlo, lo que acarrearía un aplazamiento del juicio.
«¿Una rubia, una morena?», sugirió el acusado, provocando una advertencia del presidente del tribunal, que le recomendó evitar «provocaciones».
La abogada Isabelle Coutant-Peyre, con la cual Carlos contrajo matrimonio religioso sin valor legal, hubiera debido asegurar su defensa, como lo hace desde hace años junto con Francis Vuillemin. Pero ninguno de ellos asistieron a la apertura del proceso.
Coutant-Peyre hizo saber el domingo que se encuentra en Caracas para tratar de discutir con las autoridades venezolanas sobre los «compromisos no cumplidos» respecto a Ilich Ramírez.
Todavía a fines de 2011, el presidente Hugo Chávez calificaba a Carlos de «digno heredero de las grandes luchas» populares.
En los años 1970, Carlos se convirtió en una figura de la lucha armada propalestina y participó en numerosas operaciones espectaculares, entre ellas la toma de rehenes de 11 ministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Viena en diciembre de 1975.
El sucesor de Chávez, Nicolas Maduro, fue elegido en abril, y el abogado Vuillemin denunció a la AFP antes del proceso «el miedo» de un «grupo de altos funcionarios» venezolanos a que Carlos volviera un día al país.
Carlos, de 63 años, comparece solo ante el tribunal especial de apelación de París, compuesto por magistrados profesionales especializados en juicios por «actos de terrorismo». Si no es aplazado, se prevé que el juicio dure hasta el 26 de junio.
La alemana Christa Frohlich, de 70 años, que vuelve a ser juzgada por un solo atentado tras haber sido absuelta en primera instancia, informó al tribunal que no cuenta desplazarse desde Alemania, donde vive actualmente.
Carlos está encarcelado en Francia desde su detención en Sudán en agosto de 1994. Declarado culpable en 1997 tras un primer juicio por el asesinato en París de tres hombres, entre ellos dos policías, el venezolano ya ha sido condenado definitivamente a cadena perpetua.
Revolucionario profesional
En diciembre de 2011, la justicia francesa lo condenó de nuevo a cadena perpetua, con una pena de seguridad de 18 años, por cuatro atentados cometidos en Francia (en una calle de París en un tren París-Toulouse, en una estación ferroviaria de Marsella y en un tren de alta velocidad Marsella-París) que causaron once muertos y cerca de 150 heridos.
Carlos apeló ese veredicto y el que empezó el lunes es el juicio de apelación por esos cargos.
Según la fiscalía, el móvil de la campaña de atentados de 1982 y 1983, en los que Carlos está acusado de complicidad, era obtener la liberación de su compañera alemana Magdalena Kopp y del suizo Bruno Bréguet, ambos miembros de su grupo.
«Usted sabe muy bien que soy revolucionario profesional», declaró Carlos al juez cuando éste le preguntó su profesión. No obstante, siempre negó tener implicación alguna en los cuatro atentados.
Por lo demás, Francis Szpiner, abogado de varias víctimas, declaró «no esperar nada de esta audiencia». Carlos «suerte de globo que se desinfla, no manifestó jamás el menor remordimiento, ni lo manifestará».