El mexicano Amat Escalante coronado como mejor realizador en Cannes
El mexicano Amat Escalante coronado como mejor realizador en
Cannes.
CANNES, Francia, 26 Mayo 2013 (AFP) – El mexicano Amat Escalante, recompensado con el premio al mejor director este domingo en el Festival de Cannes por su película «Heli», es un cineasta autodidacta de 34 años que pinta sin pudor la realidad mexicana contemporánea.
«Quiero que los espectadores mexicanos vean la realidad de frente», dice Escalante, autor de una trilogía con actores no profesionales compuesta por «Sangre», «Los bastardos» y esta «Heli», rodada en la región de Guanajuato, que muestra cómo el narcotráfico y la corrupción deshumanizan la realidad del mexicano modesto.
Inicialmente autodidacta, Escalante camina por la misma senda cinematográfica que su mentor Carlos Reygadas («Post Tenebras Lux»), que también recurre a actores sin carrera profesional y puntúa la acción con escenas impactantes a menudo salvajes.
Nacido fortuitamente en Barcelona (España) de padre mexicano y madre estadounidense, Escalante se crió en Guanajuato (centro de México). Este admirador de Bresson y Buñuel, de carácter reservado y mirada brillante, comenzó a trabajar a los 15 años y alternó empleos de subsistencia con primeras incursiones en la aventura de filmar.
Descubre a Reygadas a los 18 años a través de su filme «Japón», y trabaja con él como asistente en el rodaje de su segundo largometraje, «Batalla en el cielo».
Tras realizar el cortometraje «Amarrados» en 2002, escribe y realiza su primer filme «Sangre», rodado en Guanajuato, que muestra el impacto de la cultura estadounidense en en la sociedad mexicana.
Con esta película, coproducida por Reygadas como todas las siguientes, Escalante pone un primer pie en Cannes, donde el filme es seleccionado en la sección oficial Una Cierta Mirada y recibe el premio Fipresci de la crítica internacional.
Tres años más tarde, Escalante regresa a Cannes con un segundo largometraje, «Los Bastardos», presentado en la misma sección, sobre dos mexicanos que emigran ilegalmente a Estados Unidos y caen en la delincuencia.
Como las de otros artistas de una generación reacia a las ideologías, las películas de Escalante no contienen un mensaje ni presentan una tesis. «Lo que me obsesiona es crear atmósferas particulares», dice. «Más que los propios hechos, es la dimensión psicológica lo que me interesa».
En «Heli», esa dimensión es la tensión brutal generada por la violencia del narcotráfico y sus tentáculos, que alcanzan a las fuerzas del orden y gangrenan la sociedad civil, con su letanía sin fin de asesinatos, decapitaciones, ahorcamientos y en definitiva el miedo permanente de los mexicanos que la padecen sin estar implicados.
A la hora de filmar y aunque cada plano esté pensado de antemano, Escalante explicó que deja interactuar al casting, el paisaje y el decorado para generar esas atmósferas especiales que son ya el sello de su obra.
Para «Heli» entrevistó a 3.000 personas hasta dar con el joven Armando Espitia, a quién envió un tiempo antes a la zona del rodaje para sumergirlo en la realidad del lugar.