Santo Tomás, apostol, patrono de los teólogos, arquitectos y jueces, por María García de Fleury

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Soy María García de Fleury.

El 3 de julio recordamos a aquel apóstol de Jesús llamado Tomás que dijo si no veo en sus manos la huella de los clavos y pongo el dedo en los agujeros de sus manos, si no meto la mano en su costado, no creeré. Ocho días después estaban otra vez los discípulos reunidos y Tomás con ellos. Jesús se le presentó en medio estando las puertas cerradas y dijo, la paz esté con ustedes.

Y luego le dijo a Tomás, acerca aquí tu dedo y mira mis manos, trae tu mano y métela en mi costado y no seas incrédulo sino creyente Tomás exclamó Señor mío y Dios mío y se convirtió así en la primera persona en reconocer de un modo explícito la divinidad de Jesucristo Pero en ese momento Jesús les agregó también, dichosos los que no han visto y han creído.

Y eso debemos agradecérselo Tomás, porque en esa categoría de felices entramos nosotros. No vivimos el tiempo de Jesús, no lo hemos visto y sin embargo creemos en él. Tomás era judío y probablemente un galileo humilde, pescador, de oficio. Fue escogido por Jesús como uno de sus doce apóstoles y lo llamaban el mellizo. Nada sabemos con certeza acerca de su vida aparte de lo que dice el evangelio.

Por ejemplo hay un episodio durante la última cena cuando Jesús dijo ustedes conocen el camino hacia donde voy y Tomás de inmediato preguntó ¿cómo podemos saber el camino? Y fue cuando Cristo respondió yo soy el camino la verdad y la vida. En otro momento el Evangelio dice que Jesús estaba dispuesto a ir a Jerusalén a pesar de saber que los fariseos planeaban su muerte.

En ese momento Tomás dijo, vamos también nosotros para morir con él. Así de ardiente era el amor de este discípulo por su maestro, aún antes de recibir el Espíritu Santo. Después de la resurrección y ascensión de Jesús al cielo, siguiendo el mandato de Jesús de ir por todo el mundo anunciando lo que él les había enseñado. Se fue a Persia, India y a Etiopía a evangelizar. Se convirtió en el fundador de la iglesia de los cristianos sirios, malabares o cristianos de Santo Tomás, como lo llamaban.

Es el autor del evangelio de Tomás originalmente escrito en siríaco un evangelio apócrifo descubierto en 1945 en Najd Hamadi un pueblo situado en la ribera del río Nilo en Egipto. El ejemplar conservado pertenece a la primera mitad del siglo IV, aunque muchos consideran que es mucho más antiguo. Se trata de un conjunto de 114 pronunciamientos de Jesús, producto de sus conversaciones con los discípulos.

El Evangelio de Tomás hace hincapié en que el reino de Dios está dentro de nosotros y allí se señala que Tomás visitó la corte del rey indoparto llamado Gondofernes quien le encargó la construcción de un palacio real, porque de acuerdo a la tradición Tomás era arquitecto. Del dinero que le dieron para la construcción, Tomás dedicó una buena cantidad para obras de caridad y por eso fue encarcelado.

Su muertirio ocurrió en Madras, actual Chennai, en la India. La fiesta de Santo Tomás Apóstol se celebra el 3 de julio, fecha de su muerte, porque aunque dudó, llegó al convencimiento y así lo vivió, de que con Dios siempre ganamos.

Foto referencial 

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