Renovando la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento, por María García de Fleury - 800Noticias
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María García de Fleury

Hoy, domingo 7 de julio del 2024, nuestros cardenales, junto a todos los arzobispos y obispos de Venezuela reunidos en Caracas, en la iglesia de Nuestra Señora de Coromoto, junto con muchos sacerdotes y fieles, hacen la renovación de Venezuela al Santísimo Sacramento, con ocasión de que el 2 de julio se celebraron los 125 años de la primera consagración de Venezuela autorizada por el Papa León XIII, animada por el Padre Juan Bautista Castro. En ese momento, los obispos, en medio de la alegría y el júbilo de los fieles, repicaron las campanas de todas las iglesias y capillas del país, anunciando este evento único en la historia.

En medio de una sociedad donde algunos se olvidan del Señor y de la presencia real de Cristo en la Eucaristía, la jerarquía de la iglesia vuelve a dedicarle toda la nación a Jesús Eucarístico. Apoyando y animando este evento, durante toda la semana se han celebrado horas santas, 40 horas, momentos de adoración, misas, procesiones eucarísticas.

En estos momentos de la historia del país y del mundo, necesitamos afrontar las dificultades de la vida cotidiana. Estamos conscientes de que todos necesitamos curación, necesitamos mejorar, pero muchos de nosotros estamos separados de la fuente misma de nuestra fortaleza. Jesucristo invita a regresar a la fuente y cumbre de nuestra fe, que es su presencia real en la Sagrada Eucaristía.

Por eso, el haber podido celebrar toda la semana y seguir extendiendo la celebración de los 125 años de la consagración de Venezuela al Santísimo, es una manera muy poderosa y edificante de estar a la altura de este desafío. Es desde la Eucaristía que estamos comisionados a salir y alimentar a los demás, a compartir con los demás, a velar porque los que no saben cómo ni dónde buscar la felicidad verdadera, la encuentren. El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que los demás sacramentos y también todos los ministerios eclesiásticos y las obras de apostolado están ligadas a la Eucaristía y a ella se orientan.

Amigos, lo que empezó como un deseo de que los habitantes de Venezuela adoraran a Jesucristo en el Santísimo Sacramento para ayudar a vivir y solucionar nuestros problemas, ya ha cumplido 125 años de presencia. A lo largo de la historia la Eucaristía no ha cambiado. La Eucaristía es el elemento vital de la Iglesia, aunque a veces algunos católicos no entiendan o se aburran. La Iglesia es clave para vivir la fe en nuestras comunidades, es clave para la forma en que llegamos a los marginados y privados de sus derechos, a los inmigrantes, para llegar a los refugiados, a las personas que no tienen alguien que hable por ellos.

La celebración de estos 125 años de la consagración de Venezuela es una invitación a la gente a volver a nuestras raíces, a volver a una comprensión espiritual y de oración de por qué Cristo dijo, hagan esto en memoria mía.

Sin duda, es desde la Eucaristía donde obtenemos la fuerza que necesitamos. Agradecemos a nuestra jerarquía de la Iglesia y a todos los que hacen posible este renacer eucarístico por la conciencia que tienen, al igual que la tuvieron muchos de nuestros antepasados y una conciencia que lo único que puede salvarnos es la Eucaristía. ¿Por qué? Porque es la presencia real de Dios en nuestra vida y en nuestras sociedades y con Dios ¡siempre ganamos!

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