¿Quieres paz?, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Vivimos en un mundo donde los conflictos son constantes, las actitudes hostiles se vuelven parte de la personalidad de las personas, muchos se ahogan en sus emociones porque no consiguen una tranquilidad permanente y no saben que esa paz solamente es producida por la paz de Dios.
Buscando donde encontrar paz hay quienes concentran en buscar una paz interior y recurren a las distintas religiones asisten a seminarios de meditación, de yoga, otros creen que pueden encontrar la paz en la naturaleza por lo que toman la decisión de pasar vacaciones en centros terapéuticos de aguas termales, practicando excursionismo, sin embargo, muchas de esas personas pronto se dan cuenta que esa paz que han encontrado es totalmente pasajera.
Amigos la paz no se consigue a través de un gran ejercito que infunde temor de una policía que reprime a la fuerza cualquier brote de violencia, la paz se consigue cuando se trabaja por dar a cada persona la posibilidad de ejercer sus derechos, su derecho a vivir con dignidad. Los constructores de la paz son quienes hacen leyes justas, quienes las cumplen, quienes buscan el bienestar del empleado mas que aumentar el capital a como de lugar, quienes viven su profesión como un servicio y no como un medio para obtener ganancias, quienes dan su tiempo y quienes saben aliviar los efectos de la desigualdad.
En el corazón del hombre y la mujer la perdida de la paz se da por una pena que no se ha sabido enfrentar ni resolver, por el rencor, por el odio, por el deseo de venganza, por los chismes, por la envidia, por la angustia que ocasiona el no haber cumplido con nuestro deber, por el remordimiento de conciencia.
Si queremos vivir en armonía, ser personas de profunda paz interior que irradia en paz a su alrededor, debemos alimentar el corazón, ¿con qué?, con los sacramentos y con la oración, cuidar la vida de gracia para que sea la presencia de Dios en nosotros la fuente de paz interior, cuidarla significa buscarla y dejarla actuar, dejar actuar a Dios dentro del corazón dar espacio a la labor silenciosa de la gracia divina que vence nuestra resistencia, que cura nuestras heridas.
«Mi paz les doy», dijo Jesús. La paz, es algo más que la tranquilidad en el orden, se puede vivir en un ambiente de guerra y sin embargo tener paz, la paz nace de una actitud interior, la paz nace y se inicia en el corazón de cada persona y es consecuencia de sus buenas acciones, nos educamos para la paz en la medida en que conocemos y aceptamos Los valores de los demás, la paz interior se recobra con la reparación de la injusticia cometida, con la tolerancia con la comprensión y sobre todo con el perdón.
La oración dispone a perdonar a los demás y a perdonarnos a nosotros mismos, Jesús pide que hagamos oración por nuestros enemigos y que devolvamos bien por mal, las causas de nuestro desasosiego interior, de nuestra falta de paz pueden ser muchas, existen elementos humanos que contribuyen a la paz interior.
Amigos, reflexionemos en lo que Dios puede hacer con nosotros por medio de su gracia, si sabemos alimentarnos de ella, porque con Dios ¡siempre ganamos!