OPINIÓN | ¿Más mandamientos?, por María García de Fleury
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Hay quienes dicen que los diez mandamientos son demasiado antiguos y deben adaptarse. Hemos logrado comprobar, una y otra vez, que cumpliendo con los diez mandamientos se vive en paz, armonía, las personas son más capaces de desarrollarse y vivir en comunidad, con solidaridad, verdad, justicia, y buscando el bien común.
Porque los diez mandamientos enseñan que la felicidad no está ni en el egoísmo, ni en el engaño, ni en la violencia. Todo lo contrario. Los mandamientos enseñan a ser generosos; a preocuparnos y ocuparnos de los demás. A buscar unión, paz, desarrollo personal y social.
El propio Jesús resumió los mandamientos diciendo: «Ama a Dios sobre todas las cosas, con toda tu alma, con todo tu corazón, con todo tu ser y al prójimo como a ti mismo».
El amor es el mayor de los mandamientos. Si observamos cuidadosamente podremos darnos cuenta que todos los mandamientos son una expresión de amor. Si amas a tu prójimo, no le deseas mal, no le quitas sus cosas, no levantas falsos testimonios ni mentiras; porque amar es desear el bien del otro.
Los mandamientos son fundamentales en la actualidad porque son expresión de lo que tiene que ser el verdadero amor hacia el ser supremo y hacia los demás. Enseñan a cómo debemos tratar a Dios y a las personas.
Anímate a analizar cada día un mandamiento y a preguntarte qué significa en tu vida , en tu relación con Dios y con los demás. Verás así cómo los mandamientos te ayudan en tu camino por la vida a vivir con más serenidad, con más seguridad y sobre todo con mayor paz y felicidad. Verás cómo los diez mandamientos son de gran actualidad porque estarás seguro que andas por el camino de Dios, el camino que Dios quiere para ti. Y con Dios, ¡Siempre ganamos!
