La importancia de una dieta antiinflamatoria para evitar los picos de insulina
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Después de cada comida, nuestro cuerpo segrega la hormona de la insulina, vital para regular el azúcar. Es la glucosa que entra en nuestro cuerpo tras cada ingesta. El páncreas es el encargado de producir esta hormonay controlar el azúcar, además de aportar energía al cuerpo. Y una alimentación rica en antioxidantes puede estabilizar los niveles de azúcar para evitar un exceso y la desestabilización de energía durante el día.
La nutricionista y psiconeuroinmunóloga, Majo Villanueva aporta algunas claves sobre la alimentación antiinflamatoria y cómo añadirla a nuestra dieta para obtener los mejores beneficios.
En primer lugar, Majo explica por qué usa la comida antiinflamatoria y qué relación tiene con la insulina. Y es que, los alimentos antiinflamatorios facilitan la actividad en el páncreas y la estabilidad del azúcar en sangre. “El problema está cuando la insulina se libera de manera constante”
Como Majo apunta, en determinadas ocasiones se da un problema: y es la liberación constante de la insulina. Esta hormona es proinflamatoria, lo que se traduce en una activación del sistema inmune de manera negativa. Es decir, cuando hay un exceso de azúcar en sangre, nos inflamamos y sentimos pesadez e hinchazón.
Beneficios
Ante ello, Villanueva recomienda una dieta antiinflamatoria de cara a mantener los niveles de insulina. Un proceso que, entre otros beneficios, ayuda a disminuir la ansiedad y los antojos que el azúcar provoca. Mientras, ayuda a mantener la atención y a tener un mejor sueño.
De la misma manera, la microbiota intestinal y el sistema inmunológico también se ven reforzados.
Agua e ingredientes antioxidantes
El primer alimento que nuestro cuerpo debe ingerir debe ser agua; la nutricionista destaca la importancia de mantenerse hidratado para facilitar la digestión. En adición, Majo explica que la primera comida del día es la que se hace con hambre, por eso debe existir un reposo digestivo mínimo de 10 a 12 horas.
La segunda clave a tener en cuenta es la calidad de la comida. La experta recalca que la comida real: “Aquella que tiene un ingrediente”, es la que debemos combinar.
Y ejemplifica con algunos de los grupos que mantienen estables los niveles de glucosa e insulina: Las proteínas, grasas saludables y carbohidratos de baja carga glucémica, como los huevos, pescados grasos, todas las carnes, tofu, aguacate, aceitunas, aceite de oliva, frutos secos, harinas de frutos secos, semillas, vegetales, y frutas. En resumen, comidas ricas en fibra, omega-3 y antioxidantes.
Sugerencia de dieta antiinflamatoria
Uno de los desayunos más comunes de la dieta mediterránea es la tostada de pan. Es una alternativa muy saludable y que no dispara los niveles de insulina por la mañana. Por eso, Majo recomienda este plato, especialmente si el pan procede de una masa madre. Además, la nutricionista recomienda acompañar la tostada con un huevo y aceite de oliva, una combinación que supone una fuente de energía, proteínas saludables, grasas buenas y, además, mantiene estable el azúcar en sangre.
Para la segunda comida del día, Majo recomienda almorzar un pescado o carne. Y para acompañar esa proteína, sugiere una guarnición de ensalada de verdes, champiñones, tomates cherrys, semillas de calabaza y queso de cabra. Siempre con aceite de oliva virgen extra.
Para la cena, una tortilla francesa de espinacas con verduras cocidas: brócoli, boniatos, garbanzos, calabacín, zanahorias, coliflor y nueces.
Este ejemplo de dieta puede quedarse corto para algunas personas. Es por eso que, la experta en nutrición sugiere una receta de tortitas para un snack o merienda.
Con información de Estetic.es
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