La fuerza que tienes a la mano, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por María García de Fleury

Hay muchas razones para dejar de buscar a Dios en oración o su consejo en su palabra, muchas veces simplemente nunca adquirimos el hábito de hacerlo todos los día y pensamos que con escuchar alguna predicación o rezar de vez en cuando tendremos lo necesario para el día a día pero no es así, también necesitamos nuestro tiempo con él.

Alejarnos de Dios u prenderlo provoca que nuestra conciencia esté cauterizada, encallecida, que deje de sentir dolor por ofender a Dios y al prójimo, pero orar y meditar en la voluntad de Dios ayuda a poner tu voluntad en sintonía con la de él.

Perder el ánimo y el gozo de orar y leer la Biblia es un síntoma de una salud espiritual deteriorada, todos necesitamos examinarnos a la luz de la palabra y saber que es lo que está encalleciendo nuestra conciencia. Recuerda, estábamos alejados de Dios por nuestras faltas, Dios salió a buscarnos para reconciliarnos con él, pero si tropezamos una y otra vez y volvemos a practicar el pecado será difícil.

Pregúntate qué te aleja de Dios, qué te impide volver, hay quienes responden «no quiero hacerlo ahora, estoy muy bien». En ocasiones no necesitamos estar haciendo cosas malas, simplemente el desánimo o la rutina podrían habernos alejado poco a poco de la oración y la meditación en la palabra. Quiero decir que muchas veces es muy sutil nuestro enfriamiento espiritual y no nos damos cuenta de lo que está pasando, un día no tuvimos tiempo de buscar a Dios, se nos juntaron compromisos, la cantidad de trabajo, nos sentimos cansados o agobiados y de pronto llevamos un año dos así.

A veces pensamos que estamos bien pero en realidad nos esforzamos en creer y hacerle creer a la gente que no pasa nada aunque estar desanimados indica que algo si está pasando.

Cómo fue muy sutil haber dejado de orar y de leer la Biblia llegamos a convencernos de que no es tan importante hacerlo porque estamos bien y seguimos reuniéndonos y sirviendo a la iglesia, participando y haciendo cosas buenas. No trates de convencerte de este engaño, Jesús recordó que no solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca del señor y eso es lo más importante, examínate para que sepas si estás obedeciendo a Dios en todas las áreas de tu vida o solamente cuando hay actividades con la iglesia o los domingos, sino quieres buscar a Dios diariamente probablemente no estás tan bien como creías, recuerda, si no estás alimentando tu mente de la voluntad de Dios la estás llenando de algo más, quizás podrían ser cosas buenas pero realmente no es lo que necesitas, entonces comenzarás a aprobar ideas que son opuestas a Dios sin que tú mismo ni siquiera lo notes y eso ya es algo grave.

Amigos, ponte a buscar a Dios, busca a Dios en todo lo que hagas, no lo dejes para otro momento, hazlo ahora, muchas veces no tendremos ánimo para orar y leer la Biblia, no importa, de cualquier manera practícala, sobretodo si te sientes así es cuando más lo necesitas.

Cualquiera que sea la condición espiritual o cultural de una persona, la oración es como una gran fuerza inmensa que desea emerger desde lo más profundo y sabe esperar pero está siempre lista para irrumpir cuando existen unas condiciones mínimas.

Dios siempre te está esperando, lo que falta es que tú te le acerques, y cuando lo hagas vas a comprobar la fuerza inmensa que tienes a la mano para resolver todos tus problemas, porque amigos, ¡Con Dios siempre ganamos!