¿La digestión en verano es más pesada?
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La digestión en verano se vuelve más pesada no solo por el calor, sino porque tendemos a comer más cantidad y alimentos más difíciles de digerir, como los fritos.
La digestión en verano es algo que nos preocupa a la mayoría de las personas cuando comienzan las vacaciones. En esta época, todo el mundo le da la vuelta a su rutina y, con ello, a sus comidas.
El verano te permite disfrutar de más tiempo libre con amigos y familia y esto se traduce en grandes almuerzos, cenas en la playa, aperitivos en alguna terraza… En resumen, es muy difícil mantener un horario y una dieta equilibrada.
Si a esto le sumamos el calor, la digestión en verano es un proceso que se complica. La digestión pesada provoca síntomas muy molestos como hinchazón y gases. Para evitar que esto te ocurra, debes prestar un poco de atención a tus hábitos alimenticios. Incluso algo tan simple como comer más tranquilamente o masticar bien puede ser la solución.
Nadie quiere pasarse el resto del verano escondido en casa por tener dolor de barriga. Por ello, en este artículo te explicamos por qué tu digestión en verano es más pesada y cómo enfrentar este problema.
¿Qué ocurre con la digestión en verano?
Como hemos mencionado, la digestión en verano tiende a hacerse más pesada y complicada. No obstante, el calor no es el único factor que influye, aunque es cierto que las altas temperaturas se relacionan con la deshidratación. Sin embargo, el hecho de que esto ocurra tiene mucho más que ver con nuestros hábitos alimenticios.
En esta época, aprovechamos para comer más y nuestra dieta se vuelve muy caprichosa. Se tiende a abusar de los fritos y del alcohol, los cuales hacen que el proceso digestivo sea mucho más lento y complicado. Los últimos estudios afirman que al alcohol es perjudicial no solo para la digestión, sino que también daña los órganos del tracto digestivo.
Además, tendemos a comer mucha más cantidad de la que estamos habituados. De hecho, lo hacemos cambiando nuestros horarios y sin realizar apenas ejercicio. Todo esto hace que la digestión en verano acabe siendo casi un calvario. Provoca estreñimiento, acidez, gases e hinchazón. Incluso, puede hacer que el estómago nos duela, nos sintamos más cansados y nos cueste aún más movernos.
¿Qué podemos hacer para evitarlo?
Para evitar que la digestión en verano se convierta en un problema, es esencial que aprendas una serie de consejos para cuidar tus hábitos alimenticios. Lo más importante es:
- Trata de no comer demasiada cantidad de alimentos en una sola comida.
- Evita el alcohol.
- Dedícale tiempo y tranquilidad a tus comidas. Intenta masticar correctamente.
- Debes hidratarte bien. Se recomienda beber entre 1,5 y 2 litros de agua diarios. Si te cuesta beber tanta agua, intenta beber infusiones o tés helados.
- Debes comer más veces, pero menor cantidad de comida. Haz cinco comidas diarias, pero trata de que sean livianas y ricas en fruta.
- Elabora cenas ligeras, como ensaladas o cremas de verduras.
Además de estos consejos simples, hay otros que te pueden ayudar a la hora de escoger tus alimentos:
- Las hortalizas crudas tienden a provocar más flatulencias, al igual que las legumbres. Prueba a cocinarlas, hay numerosas recetas sanas y deliciosas.
- Intenta reducir la grasa animal que ingieres. Para ello, evita los embutidos, la yema del huevo y ciertos pescados como el salmón. Por supuesto, evita los fritos, ya que son las comidas que hacen que la digestión sea más lenta y pesada.
- Por otra parte, si ya sientes algunos síntomas como la acidez, lo ideal es que evites los zumos cítricos y los encurtidos, como las aceitunas y los pepinillos.
No te olvides de incluir algo de ejercicio en tus vacaciones. El deporte ayuda a tu sistema digestivo a trabajar mejor, mientras que el sedentarismo solo complica la situación. Eso sí, trata de hacerlo un tiempo después de comer y en horas en las que no haga demasiado calor.
Las vacaciones son una época para disfrutar, pero también para cuidarse. Si no prestas atención a tus comidas, la digestión en verano puede volverse complicada y molesta. Para evitarlo, intenta comer siempre a la misma hora y de forma calmada. Masticar bien es importante para reducir los gases en el estómago, pero también para disfrutar la comida.
Evita las grasas saturadas, los fritos y los rebozados, ya que son alimentos que necesitan más tiempo para digerirse. Además, debes hidratarte correctamente y reducir el consumo de alcohol. Prueba a beber solo agua durante las comidas, te sentirás mucho mejor.