La conversión de San Pablo, por María García de Fleury

Por: María García de Fleury

Recordar el día en que Saulo de Tarso, a quien conocemos como San Pablo, siendo el más grande perseguidor de los cristianos, de repente Dios lo llamó y cambio su vida, es un momento para meditar sobre lo que es ser cristiano hoy.

¿Qué significa llevar a Cristo al mundo?, hoy estamos en presencia de quiénes dicen que la religión debe ser algo privado, pero la verdad es que no se puede entender a una figura histórica de tanta relevancia universal como San Pablo, hablando de una religión privada sino todo lo contrario, para los discípulos de Jesús lo que había dicho el profeta Isaías en el Antiguo Testamento, que una vez que el templo fuera purificado todas las naciones regresarían, se había hecho verdad.

Después de la ascensión de Jesús al cielo, los discípulos regresaron a Jerusalén, estaban gozosos, iban continuamente al templo alabando a Dios, ¿Por qué al templo?, porque repito, una de las grandes expectativas del regreso del mesías era la purificación del templo, porque Isaías había dicho: «Una vez que el templo sea purificado, todas las naciones volverán a Israel y el Dios de Jerusalén será alabado por todo el mundo».

La muerte, resurrección y ascensión de Jesús al cielo había purificado el templo,  por eso los apóstoles seguían yendo al templo pero fueron arrestados cuando predicaban ahí, predicaron al Mesías, el ungido, en el templo y en sus casas también.

Después de la ascensión de Jesús, cuando llegó Pentecostés había gente de todo el mundo en Jerusalén y se estaba proclamando el verdadero mensaje del verdadero Mesías;  en eso apareció Esteban anunciando a Jesús como el Mesías esperado,  fue puesto preso prácticamente sin juicio y lapidado hasta la muerte; allí estaba Saulo apoyando la muerte de Esteban, quién había sido su mejor amigo y compañero.

Después de la lapidación de Esteban, la gente se dispersó, y el apóstol Felipe fue hacia el sur, dónde se encontró el etíope que estaba leyendo a Isaías. Felipe le explicó la lectura y le dijo que Jesús era el cumplimiento de Isaías. Seguidamente ,Cristo se apareció a Pablo en el camino a Damasco, cegado derribado al suelo; Dios le habló a Ananías y le dijo que recibiera a Pablo es que no tuviera miedo, que lo instruyera pues era él quién iba a llevar el mensaje de Cristo por todo el mundo.

Pablo nunca supo de la existencia de Venezuela, Estados Unidos, Colombia, pero gracias a él, tú y yo conocemos a Dios de Israel. Pablo estaba convencido de que por Cristo la profecía de Isaías se había cumplido y era el momento de unir a todas las naciones, el templo se había purificado y el mensaje tenía que ir por todo el mundo reuniendo a todas las naciones.

Las últimas palabras de Jesús antes de subir al cielo fueron: «vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautícenlos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, enséñales a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes, yo estaré con ustedes todos los días hasta el final de la historia». Esto fue lo que hizo San Pablo a partir de un día como hoy que fue su conversión, esto es lo que tú y yo como cristianos estamos llamados a hacer; la religión, la palabra de Cristo no es algo privado privado para circunscribir a tu casa, a tu mente, solamente para ti, la palabra de Cristo es para ser proclamada en todas partes, porque es palabra de Dios para toda la humanidad y con Dios ¡siempre ganamos!

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