José Gregorio Hernández y su forma de pensar, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
En el día de la primera celebración de la fiesta de José Gregorio Hernández como beato, es interesante reflexionar en su forma de pensar; desde pequeño aprendió en su hogar las devociones a Dios y a la santísima virgen, sus deberes espirituales y para con la iglesia, esto lo cumplió y vivió toda la vida, usó los medios necesarios para seguir profundizando la experiencia de la fe como son la oración, los sacramentos, y teniendo encuentros con Cristo, leyendo y meditando el evangelio.
José Gregorio decía que cada ser humano está llamado a formar la conciencia, hacerla objeto de continua conversión a la verdad y al bien, por eso hay que conocer la ley de Dios y desarrollar actitudes virtuosas, actuar siempre en favor del bien con la ayuda de la gracia de Dios.
El doctor José Gregorio Hernández creía en la medicina científica, así como en la medicina psicosomática. Como hombre de profunda fe y cumplidor de las creencias católicas, tenía muy presente las palabras de la biblia contra la brujería y la hechicería. Estaba consciente de que varios libros de la biblia hablan exactamente del mal uso de la libertad y piensan que el brujo, el chamán, el mago, adivino, los ritos esotéricos u ocultos pueden sustituir a Dios.
Les recordaba a las personas con las que hablaba, que en la biblia en el libro del éxodo, Capitulo 20, Dios le entregó a Moisés en el monte Sinaí los 10 mandamientos, el primero de los cuales dice “amarás a Dios por sobre todas las cosas, no adorarás a falsos dioses ni a falsos ídolos”, y en el capítulo 22 agrega: “Dios dice: a la hechicería no la dejarás con vida”.
En el libro del Levítico en el capítulo 20, Yahvé Dios habló a moisés y le dijo “el hombre o la mujer en que haya espíritu de nigromante o adivino morirá sin remedio”.
En el libro del apocalipsis en el capítulo 21 se dice: “Los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras, y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.
En los hechos de los apóstoles, capitulo 8 se narra que en la ciudad vivía un hombre llamado Simón que tenía impresionado a todo el pueblo de Samaria con las magias que hacía; viendo como los apóstoles hablaban del reino de Dios, imponían las manos y la gente recibía el espíritu santo, el mago Simón les ofreció dinero diciéndoles: “Denme a mí también ese poder”, y el apóstol Pedro le respondió: “Váyanse al infierno tú y tu dinero, ¿Cómo has pensado comprar el don de Dios con dinero?, tus pensamientos y tu corazón no son rectos delante de Dios, arrepiéntete de esa maldad y ruega al señor que te perdone”.
Meditar y profundizar en el evangelio, así como la práctica de los sacramentos, hicieron de José Gregorio Hernández un hombre virtuoso por encima de toda circunstancia o entorno adverso; él decía que la cultura espiritual es más necesaria que la intelectual, que todo hombre puede vivir sin conocimientos humanos, pero que es muy posible que se desaliente de la vida si carece de los rudimentos que le explican las razones de su ser.
Amigos, la razón de ser de cada persona se la da a conocer la voluntad de Dios en su vida porque ¡con Dios siempre ganamos!