Jano, Ianuarius, Enero, por María García de Fleury - 800Noticias
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Soy María García de Fleury

Imaginemos a una persona de otro tiempo en la historia humana, de cualquier región, raza, cultura o religión. No importa el lugar, el tiempo o el estado, vas a encontrar diferencia con tu situación actual. Sin embargo, una cosa permanece invariable: la necesidad de empezar de nuevo, de seguir nuevos caminos y de seguir adelante.

Si lo miramos a través de las creencias de la antigüedad vemos como el concepto de nuevos comienzos está presente a lo largo de toda la historia de los seres humanos. Por eso, hoy quiero explicar la relación entre estos nuevos comienzos porque al mirar al pasado podemos comprender mejor el futuro.

En la antigua Roma tenían su propio dios al que le rezaban para que les diera esperanza y protegiera sus esfuerzos para comenzar de nuevo. Los antiguos romanos adoraban a Jano un dios romano en esencia y naturaleza que no tiene equivalencia con los dioses griegos. Es el dios de los nuevos comienzos el guardián de la puerta y de los cielos. Por eso, fue el primer dios invocado durante los rituales religiosos porque a través de él se llegaba a los demás dioses.

Jano fue originalmente un rey de Lacio, una región que queda en el centro de Italia y inculcó valores de justicia, de amor, de generosidad. Era profundamente religioso y piadoso y por eso le fueron otorgados poderes divinos de acuerdo a la mitología y de aquí que se le represente con dos caras, una que mira al pasado y otra que mire al futuro.

La importancia de los nuevos comienzos tanto en la antigua roma como ahora puede verse incluso en el primer mes del año, enero, iānuārius en latin, que viene del nombre del dios Jano, que representa el comienzo y la puerta a un nuevo año. Un periodo que va y se queda en el pasado y otro que comienza mirando hacia el futuro con esperanza, como las dos caras de Jano.

Comenzar algo nuevo puede traer nuevas posibilidades y ser empoderado, probablemente aprenderemos lecciones importantes sobre nosotros mismos y el nuevo comienzo puede ser solo el inicio de algo emocionante que cambia la vida. Pero, ¿Qué hay de un nuevo comienzo en Cristo?.

San Pablo en la Biblia recibió un nuevo comienzo, un comenzar de nuevo. Era un hombre duro que hizo de la persecución de los cristianos el objetivo de su vida pero  Dios usó a Pablo de una manera poderosa, después de su conversión Pablo fue uno de los más grandes apóstoles que haya existido, hasta soportó palizas y pasó mucho tiempo en prisión por causa del Evangelio. ¿Y tú podrías ser usado para el reino de Dios? Sí , claro que sí si así lo deseas. Dios puede y te usará sin importar lo que hayas hecho o quien hayas sido.

Jesús tomó todos nuestros pecados, pasados y presentes sobre sí mismo cuando fue a la cruz. Tu nuevo comienzo significa que la pizarra de tu vida se borra, de limpia de toda la basura que una vez la llenó. ¿Cómo puedes tener un nuevo comienzo? Pues haciendo de Jesús el señor y salvador de tu vida, ese es el primer paso. Pídele perdón a Dios por tus ofenzas, acude al sacramento de la confesión.

Al decidirte por Cristo nada ni nadie podrás jamás arrebatarte de su mano. Este nuevo año invierte tiempo en la oración para dedicar tu vida a un nuevo comienzo para Cristo. Frecuenta cada vez más la misa, comulga porque así estarás muy unido a Dios y con Dios siempre ganamos.

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