Sagan gana la etapa y Bernal llega al descanso de ‘rosa’ - 800Noticias
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800Noticias | EFE

Por fin logró el eslovaco Peter Sagan (Bora Hansgrohe) la victoria que tanto anhelaba, merced a un enorme trabajo de su equipo, que le puso en bandeja el honor de apuntarse la décima etapa del Giro, entre L’Aquila y Foligno, de 139 kilómetros, en la que el colombino Egan Bernal (Ineos) terminó su primera gran experiencia vestido de rosa.

Por méritos no pudo ganar otro que no fuese el triple campeón del mundo, de nuevo en su mejor versión en un esprint en el que superó al colombiano Fernando Gaviria (UAE Emirates) y al italiano Davide Cimolai (Israel Start Up). Con un tiempo de 3h.10.56 el ciclista de Zilina, de 31 años, volvió a catar la gloria del éxito.

La lucha por la victoria de etapa fue reducida por una caída en la última curva, que no afectó a los favoritos, separados ya de la jauría del esprint. Egan Bernal pasó el día de rosa, muy feliz el de Zipaquirá en una jornada inolvidable para él. Descansará este martes como patrón del Giro, con un segundo de ventaja sobre el ruso Aleksander Vlasov (Astana) y 14 respecto al belga Remco Evenepoel (Deceuninck Quick Step).

Con todos los favoritos en un minuto, en el puesto número 10 aparece el primer español, Marc Soler (Movistar), dispuesto a la evolución que de él se espera para luchar cerca del podio.

 

Video: @girodiitalia

 

LOS REBELDES POR UN SUEÑO IMPOSIBLE

La etapa más corta previa a la primera jornada de descanso salió de L’Aquila, ciudad sacudida por varios terremotos, el último en 2009. Solo cinco hombres rompieron la tranquilidad que pretendía el pelotón, cinco ‘currantes’ habituales saltaron cuesta arriba para darse el baño de publicidad que buscan los equipos invitados, obligados a estas batallas para salir del anonimato.

A uno de ellos, el holandés Van der Hoorn, no le fue nada mal el sacrificio en la tercera etapa, que ganó ante un pelotón displicente. El citado, de nombre Taco, huyó hacia Foligno junto a los fugitivos en nómina Pellaud (Androni), Marengo (Bardiani), Samuele Rivi (EOLO) y Gossens (Lotto Soudal).

El tren en fuga hubo de detenerse en un paso a nivel, como en los viejos tiempos. Un respiro para aliviar la paliza que se estaban pegando, presionados por un pelotón que rodaba tranquilo, atizado por los equipos de los esprinters, entre ellos el UAE de Gaviria, loco por levantar los brazos.

Jornada plácida bajo el sol para la maglia rosa. Bernal rodaba envuelto en la muralla levantada por sus guerreros, blindando cada pedalada del campeón de Zipaquirá. Un inolvidable primer día con el símbolo del Giro en su espalda.

EVENEPOEL Y BERNAL SE PELEAN POR 3 SEGUNDOS

En la zona de subidas el Bora se encaramó al frente. Los hombres de Sagan sabían que era el día de su líder. A 42 km de meta se disolvió la fuga y subiendo el Valico della Somma (4a, 4,8 km al 6,1 por ciento) el ritmo de la escuadra alemana dejó fuera de combate a varios velocistas, como Groenewegem y Merlier. Dos menos para repartir el pastel.

Restaba un maratón hasta Folino, localidad de Umbría, todo bajo control menos el paso por el esprint intermedio de Campezo sul Citunno, donde hubo batalla por los segundos de bonificación entre la alta aristocracia. Los poderos a veces no dejan ni la migas.

Remco Evenepoel se disparó para rebañar 3 segunditos. Un golpe de ambición del belga que obligó al ecuatoriano Jhonatan Narváez a emplearse a fondo al servicio de Bernal, para evitar que el juvenil cazara la presa mayor. Eso sí, Bernal se llevó un segundo. Nada grave.

SAGAN APROVECHA UN DÍA PREPARADO PARA SU LUCIMIENTO

Tras el espectáculo de la subida y el esprint de paso el Bora retomó sus funciones de mando, asumidas 40 km antes, un trabajo a conciencia para Sagan, que no quería volver al hotel con los bolsillos vacíos.

Poco a poco se fueron borrando los favoritos y sus hombres a medida que se aproximaba la recta de llegada. Nadie quiso líos para evitar, precisamente, lo que pasó. Una caída eliminó a algún candidato más y quedaron al frente una quincena de corredores.

Gaviris, con tanta necesidad como Sagan de echarse una victoria a la boca, se lo tomó en serio. Sabía que su rueda era Sagan, pero lanzó su estrategia. Mandó a su compatriota Molano con estrategia lejana, pero Sagan no admitió bromas y se pegó a su rueda.

Lo adelantó y puso el turbo. Arrancada definitiva para superar a Gaviria y firmar su tercera victoria de la temporada, la número 117 de su carrera. Como dijo tras ganar en Romandía, el triple campeón mundial no se ha ido. No se le ha olvidado levantar los brazos.

Este martes el Giro disfrutará de su primera jornada de descanso, para regresar el miércoles con la undécima etapa entre Perugia y Montalcino.

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