Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, por María García de Fleury
María García de Fleury
Soy María García de Fleury.
Históricamente la Iglesia Católica ha dedicado el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús donde se toma el corazón físico de Jesús como representación de su amor divino por la humanidad y se ha convertido en una de las devociones más practicadas y conocidas.
Esta solemnidad del Sagrado Corazón es una fiesta móvil que cae el viernes siguiente a la octava del Corpus Christi, es decir, 19 días después del Domingo de Pentecostés y siempre cae en viernes. La devoción enfatiza especialmente el amor absoluto, la compasión y la paciencia del corazón de Cristo hacia la humanidad. Aunque la devoción se remonta a siglos atrás, las apariciones a Santa Margarita María de Alacoque a partir de 1673 la avivaron.
Margarita María fue una monja francesa de la orden de la visitación de Nuestra Señora a quien entre 1673 y 1675 Jesús se le apareció cuatro veces en la localidad de Parallelemonial en Francia. En las apariciones Jesús reveló su amor por la humanidad, su dolor por la ingratitud y la indiferencia de la humanidad por su amor y su deseo de que se instaurara una fiesta para celebrar el amor a su Sagrado Corazón.
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús recuerda el núcleo central de nuestra fe, todo lo que Dios nos ama con su corazón y todo lo que nosotros lo debemos amar. Jesús tiene un corazón que ama sin medida.
Al dedicar el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, la iglesia católica invita, es un llamado a demostrarle a Jesús con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al gran amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a la muerte por nosotros, quedándose en la Eucaristía y enseñándonos el camino a la vida eterna. Todos los días podemos acercarnos a Jesús o alejarnos de Él, de nosotros depende ya que Él siempre está esperándonos para darnos su amor.
¿Cómo acercarnos al Sagrado Corazón de Jesús? Bueno, una forma es pensar si las obras o acciones que vamos a hacer nos alejan o nos acercan a Dios. Vivir recordándole y pensar cada vez que actuamos, qué haría Jesús en esta situación, qué le dictaría su corazón frente a ese problema en la familia, en el trabajo, en nuestra comunidad, con nuestras amistades.
Podemos demostrar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestra oración, nuestra consagración a su Sagrado Corazón, con nuestras buenas obras hacia los demás, haciendo como le pidió a Santa Margarita María de Alacoque que recibiéramos sin interrupción la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes consecutivos de mes, que tengamos la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final y que ofrezcamos cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.
En esto precisamente consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Conocer las doce promesas del Corazón de Jesús, que son promesas de paz, tener en casa o en el trabajo una imagen del Sagrado Corazón de Jesús ayuda a recordar su gran amor y a imitarlo siempre, especialmente en este mes de junio.
Amigos, que la frialdad y la indiferencia, la ingratitud y la falta de amor de quienes no lo conocen, de quienes lo desprecian o lo rechazan, sea compensada por el amor que le demostramos al Sagrado Corazón de Jesús, porque sabemos que Él es Dios y que con Dios ¡siempre ganamos!
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