Estos falsos mitos de la alimentación ponen en riesgo la salud
Agencias
En la era de la tecnología y de las comunicaciones, son muchos los mensajes erróneos que se han difundido y han calado en nuestras mentes. Los mitos alrededor de la alimentación y la nutrición se han asentado ineludiblemente en nuestra sociedad.
Una de las leyendas más repetidas es que algunos alimentos en concreto adelgazan o engordan. Los especialistas en nutrición, como Ana Fraile Oliva, recuerdan que ningún alimento tiene la capacidad de engordar o adelgazar, ya que el aumento de peso se produce en función de cuánta energía ingresa el organismo y cuánta gasta.
La doctora Fraile forma parte del equipo de Nutrición de Quirónprevención, compañía de prevención de riesgos laborales del grupo Quirónsalud, que acaba de poner en marcha un nuevo proyecto de medicina preventiva para prestar atención sanitaria a particulares, además de a empresas.
La compañía ha optimizado sus instalaciones para incorporar una completa oferta de consultas sanitarias con médicos especialistas en Urología, Ginecología, Cirugía General, Otorrinolaringología, Psicología clínica, Fisioterapia, Podología, y Nutrición y Dietética, entre otros, pasando a formar parte de la red asistencial de hospitales y centros médicos de Quirónsalud.
Así, explica la Dra. Fraile, en función de factores como la edad, el sexo, la estatura o la actividad física y psíquica, el reporte calórico que consume la persona varía notoriamente, requiriéndose así un ajuste de la dieta.
El reporte calórico que consume cada persona varía en función de diversos factores como la edad y el sexo
Por ello, consumir pan blanco puede engordar o no, en función de los gramos que se consuman y de la actividad física que realice la persona. Porque los alimentos no engordan o adelgazan por sí mismos, su efecto en el organismo dependerá de los hábitos de vida de las personas y de su fisionomía.
Los mitos más extendidos
Muchas son las leyendas sobre nutrición y productos alimenticios que están consolidadas en nuestra sociedad. Además de la mencionada sobre el pan blanco, que pertenece a un grupo alimenticio muy completo como es el de los cereales, destaca el mito de tomar fruta antes de comer.
La fruta es buena a todas horas y es el reemplazo idóneo a otros snacks o dulces, nutritivamente inferiores y menos saludables. Igualmente, consumir tres piezas de fruta al día cubre nuestras necesidades diarias en vitaminas y minerales. Comer fruta antes de comer o después es indiferente, salvo que quieras incrementar la saciedad e ingerir menos cantidad de otros alimentos.
Beber tres litros de agua al día u ocho vasos diarios es uno de los mitos más recurrentes. Si seguimos esta leyenda corremos el riesgo de padecer hiponatremia, que puede derivar en daños en la musculatura y en órganos como el cerebro.
La sed es el mejor indicador de cuánta agua hay que beber. Puede que sean aproximadamente dos litros diarios, pero variará en función del peso, la actividad física, la morfología e incluso el medio ambiente.
Por otro lado, la creencia de que la miel es un producto más sano que el azúcar también está muy extendida. Parcialmente es cierto, ya que la miel en estado natural tiene propiedades muy beneficiosas para la salud. No obstante, la industrial está sometida a procesos térmicos que puede acabar con gran parte de estos nutrientes, además de ser una solución acuosa compuesta en un 82% por azúcares.
Intolerancias y productos ‘light’
Un gran número de personas ha acogido bebidas vegetales en su dieta, como las de soja, avena, almendras o arroz, en lugar de la leche. Si bien es cierto que algunas personas van perdiendo la actividad enzimática que facilita la digestión de la leche con lactosa, perder la costumbre de beberla sin ser intolerante hace que se detenga la producción de esta enzima, lo que provoca que no podamos digerirla correctamente y nos sienta mal.
Por otro lado, otra corriente extendida tiene que ver con los productos etiquetados como light, que no son sinónimo de saludable. La ley fija que se puede etiquetar un producto como tal si contiene menos del 30% de calorías del producto similar, pero eso no quiere decir que no engorde, por lo que consumir más cantidad es un error que cometemos con frecuencia.
En definitiva, dudar de la información que damos por sentada y de las estrategias de marketing en los productos alimenticios es la mejor opción para cuidar de nuestra salud. Acudir a fuentes rigurosas y consultar a un experto nutricionista son las alternativas idóneas para cuidar de tu cuerpo y mente.
Por 20Minutos