Diez recomendaciones que mejorarán tu dieta y tu salud bucodental
EFE
Mediante el decálogo de recomendaciones liderado por Sepa, se pretende concienciar de los malos hábitos y la estrecha relación entre una buena dieta y la salud bucodental para así mejorar la salud de la población y prevenir enfermedades como la periodontitis.
Este recopilatorio de recomendaciones, presentado en el Congreso de la Periodoncia y Salud Bucal (Sepa Bilbao´24), ha sido revisado por el Grupo de Trabajo ‘Diabetes y Periodontitis de la Sociedad Española de Diabetes y la Sociedad Española de Periodoncia’.
También ha participado en su redacción un equipo de expertos multidisciplinar que incluye a periodoncistas, endocrinólogos y especialistas en obesidad.
Objetivo del decálogo sobre dieta y salud bucal
“Con este documento damos un paso más en el compromiso permanente del equipo de salud bucal con la promoción de la salud bucal y general de la población”, indica el doctor José Nart, presidente de la Sociedad Española de Periodoncia y Fundación SEPA.
“El equipo de salud dental debe incluir consejos dietéticos básicos a todos los pacientes, recomendando aumentar la ingesta de aceites de pescado, fibra, fruta y verdura y reducir los niveles de azúcares refinados. Esto beneficia la salud general y la salud periodontal”, subraya el doctor.
Una dieta desequilibrada influye negativamente tanto en las enfermedades bucodentales como en la salud general. Para prevenir y abordar adecuadamente estas complicaciones, los profesionales que han participado en el decálogo aconsejan adoptar una serie de medidas básicas en cuanto a la alimentación, resumidas en 10 pautas.
Obesidad y salud de las encías: el vínculo inflamatorio
Según el decálogo, hay evidencias crecientes que señalan la obesidad y la inflamación asociada como un factor de riesgo para la enfermedad periodontal.
Por ello, la doctora María del Mar Malagón, presidenta de la Sociedad Española de Obesidad, subraya que los profesionales deben conocer las complejidades de la obesidad y transmitir a los pacientes la importancia de mantener un peso saludable y una buena higiene dental.
La periodontitis: un factor de riesgo
La periodontitis, al igual que otras enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares, está condicionada por una serie de factores e indicadores de riesgo. Uno de estos indicadores es la alimentación, cuyos beneficios y perjuicios contribuyen a activar o reducir la inflamación.
Según el decálogo, el exceso de productos proinflamatorios en la dieta, como los azúcares refinados o las grasas saturadas, está relacionado con la inflamación local y sistémica.
Sin embargo, una dieta baja en estas sustancias y rica en alimentos con ácidos grasos omega-3, vitamina C y D y micronutrientes derivados de fruta y verdura, contribuye a reducir la inflamación.
Además, se ha observado en numerosos estudios (citados por el decálogo) que las personas con obesidad tienen una mayor predisposición a sufrir inflamación de las encías, que, si no se trata de forma adecuada, puede desencadenar periodontitis.
“Se estima que una persona con obesidad tiene aproximadamente 3 veces más riesgo de sufrir periodontitis, y esto es independiente de edad, raza o consumo de tabaco; además, a mayor Índice de Masa Corporal (IMC), aumenta de forma lineal el riesgo de periodontitis y de que esta sea más grave y avance más rápidamente”, señala la doctora Cristina Serrano, periodoncista y coordinadora del Informe.
“Es más fácil que tenga las encías sanas una persona con peso normal que una persona con obesidad, y por lo tanto, las personas con obesidad (tanto si es su IMGC como si es su perímetro de la cintura lo que tiene elevado, o ambos) deben cuidar y revisar mucho más sus encías”, añade la doctora.
Recomendaciones sobre dieta y salud bucal
La mejor dieta es la que más colores presenta, por ello el decálogo recomienda una dieta rica, variada y equilibrada que incluya alimentos nutritivos. Además, aconseja otros hábitos como eliminar el tabaco y el alcohol o beber más agua.
1. Limita azúcares libres
Limítalos al 5-10 % de la ingesta total de energía como recomienda la OMS. Los azúcares libres son los más presentes en miel, jarabes, zumos y concentrados de frutas. Los hidratos de carbono refinados son alimentos inductores de inflamación en el organismo y en la boca se asocian tanto con la caries como con la inflamación gingival.
Los carbohidratos complejos procedentes de frutas, verduras y frutos secos han demostrado ser saludables.
2. Evita las bebidas azucaradas
Estas incluyen refrescos carbonatados, no carbonatados, jugos de frutas o verduras, concentrados de líquidos y en polvo, agua con sabores, bebidas energéticas y deportivas, té y café listos para beber o leches con sabores. Todos estos alimentos son una fuente significativa de azúcares añadidos que desplazan a otros alimentos nutritivos y aumentan el riesgo de caries y enfermedades periodontales por el pH ácido que daña el esmalte dentario.
Por ello es preferible consumir las frutas enteras en lugar de los jugos extraídos de estas y en el caso del café y té recomiendan los menos procesados.
3. Limita las grasas saturadas
Las grasas trans procedentes de productos ultraprocesados (como la bollería industrial), y las grasas saturadas procedentes de carne roja, leche entera, quesos, mantequilla o helados tienen la capacidad de inducir inflamación si se comen en exceso.
A diferencia de las grasas trans, las grasas sanas son macronutrientes esenciales para nuestra salud tanto para la producción de energía como para la correcta absorción de vitaminas liposolubles y ácidos grasos esenciales. Una dieta rica en este tipo de grasas aumenta el estrés oxidativo, pudiendo alterar nuestra respuesta inmune frente a las bacterias.
Este tipo de grasas se encuentran en alimentos ricos en omega-3.
4. Aumenta el consumo de Omega-3
El decálogo recomienda el consumo de alimentos ricos en grasas mono y poli-insaturadas omega-3, ya que el Omega-3 es un ácido graso esencial que nuestro organismo no produce y por tanto debemos ingerir con la dieta. Se trata de un potente antiinflamatorio y tiene un efecto protector sobre los tejidos periodontales.
Según un estudio citado por el decálogo, puede ser que las personas que ingieren más omega-3 tienen menor predisposición a sufrir enfermedades periodontales.
Estos ácidos grasos los podemos encontrar, sobre todo, en el pescado azul (salmón, sardina, caballa, atún, bonito, etc), nueces, aguacates y el aceite de oliva virgen extra.
5. Consume alimentos ricos en Vitamina C
Un 10 % de las personas tienen un déficit de vitamina C, porcentaje que asciende al 30 % en el caso de los fumadores según otro estudio citado por el decálogo. La vitamina C es esencial en la formación de colágeno y la respuesta inmune frente a las bacterias y el déficit de esta puede dar lugar a una periodontitis.
Los resultados de vitamina C parecen ser mejores si se ingiere a partir de frutas y vegetales que a través de suplementos.
6. Mantén niveles adecuados de Vitamina D
Minerales como el magnesio, el calcio y el fósforo son componentes estructurales de los dientes y del hueso que los sujeta. Deben ser absorbidos adecuadamente para evitar problemas en los dientes, como las caries, y también en las encías, como la periodontitis.
La vitamina D es necesaria para la absorción de estos minerales, pero además es un potente regulador de la respuesta inmune, por lo que es de gran importancia para evitar tanto caries como periodontitis.
Aparte de la ingesta de lácteos, el calcio también lo podemos encontrar en otros alimentos como el pescado azul, almendras, avellanas, crustáceos y garbanzos, que además son ricos en magnesio.
7. Come fruta y verdura a diario
Las frutas y vegetales frescos son ricos en micronutrientes además de ser una fuente de antioxidantes. Cada ingrediente tiene una función distinta en los procesos metabólicos y fisiológicos de nuestro organismo, además de complementarse entre ellos. Por eso se recomienda una dieta rica y variada.
- Los antioxidantes neutralizan la inflamación e infecciones gracias a que evitan el estrés oxidativo.
- Los antiinflamatorios y antiinfecciosos serían la vitamina B y los ácidos grasos como el omega-3.
En el caso de la fruta se recomienda comerla entera para mantener la fibra que mejora su absorción. Respecto a la fruta con pH más ácido como es el caso de kiwis y cítricos, se recomienda retrasar una hora el cepillado de dientes para evitar que acentúe su sensibilidad.
8. Elimina el tabaco y el alcohol
El abuso de estas sustancias provoca la pérdida de micronutrientes, lo que lleva a un aumento de la susceptibilidad a la inflamación y al estrés oxidativo. También incrementan el riesgo de cáncer oral, pero el consumo combinado de ambos multiplica el riesgo de sufrir cáncer por cinco, en relación con quienes solo fuman o beben alcohol según el decálogo.
Se recomienda encarecidamente el abandono del consumo de estas sustancias.
- Las personas fumadoras tienen un mayor riesgo de sufrir caries así como de contraer enfermedades periodontales y periimplantarias, además de responder peor al tratamiento de ambas patologías.
- El alcohol, al ser diurético, provoca deshidratación o sequedad bucal, que influye de manera nociva en multitud de problemas bucodentales.
9. Bebe más agua
El agua ayuda en la absorción de nutrientes y en la eliminación de desechos. Nos mantiene hidratados, lo que es fundamental para prevenir el síndrome de boca seca, la cual aumenta el riesgo de alteraciones mucosas, de caries y de inflamación de las encías.
También un informe citado por el decálogo indica que el aumento de la ingesta de agua en los hombres mayores de 45 años reduce considerablemente el riesgo de sufrir periodontitis.
10. Sigue una dieta de alta calidad
Un ejemplo es la dieta Mediterránea, caracterizada por el consumo de aceite de oliva virgen extra, frutas y hortalizas, frutos secos y pescado azul, acompañado de un consumo moderado de carne y productos lácteos.
Otra opción es la dieta Atlántica, que prioriza alimentos como patatas, pan integral, cereales integrales, frutos secos, legumbres, miel, pescado, crustáceos y lácteos.
Ambas dietas se asocian con beneficios para la salud cuyos resultados mejoran cuando se combinan con el ejercicio físico y el mantenimiento del peso en niveles adecuados. EFEsalud
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