Depresión, una enfermedad silenciosa que atrapa a más jóvenes costarricenses
EFE
La depresión se ha convertido en una enfermedad silenciosa que atrapa cada año a más de 2.000 costarricenses, la mayoría adolescentes y jóvenes. Sus causas son múltiples: presión social, el rechazo, los problemas económicos, el desempleo y las pérdidas familiares.
La depresión es una enfermedad que puede llegar a volverse crónica y recurrente, dificultando el desempeño de las personas, su capacidad para responder las demandas de la vida en el ámbito laboral, académico, familiar y comunitario e incluso, en el peor de los casos finalizar en el suicidio.
«Para mí es muy difícil llegar a la casa donde no me espera nadie, prender el tele como de costumbre y orar desde mi cama, porque mañana será otro día. Siempre tengo las esperanzas de que todo va a estar bien, pero no es fácil porque las únicas veces que puedo sentirme bien es cuando salgo y veo gente», comentó a Efe Yamilet La Fuente, a quien su madre abandonó junto con su hermana cuando tenía 12 años.
– Una enfermedad creciente en jóvenes
Datos de la Dirección de Vigilancia Epidemiológica indican que en los últimos años Costa Rica ha registrado un aumento de los casos de depresión, así como de los suicidios.
En el año 2018 un total de 2.082 personas presentaron un caso de depresión, lo que representa una tasa de 41,5 por cada 100.000 habitantes.
La mayor preocupación es el grado de incidencia pues el grupo de edad de entre 15 a 19 años tiene una tasa de 111,1 por cada 100.00 habitantes, mientras que entre 20 y 24 años es de 85,2.
«A las consultas llegan jóvenes que no tienen empleo, pensando que ellos no tienen condiciones, que son unos inútiles (…) Pero el problema no es de ellos es del entorno, que el país no tiene la capacidad de crecer económicamente», expresó a Efe el presidente del Colegio de Psicólogos, Óscar Valverde.
Los adolescentes y jóvenes también están a merced de la exposición social, el acoso, las críticas y el uso de redes sociales que tienen altos niveles de violencia, lo que puede provocar ansiedad, inseguridad y desesperanza.
«Conocemos y somos conscientes de (la necesidad de) investigar las redes sociales, donde hay una gran violencia, impotencia para calzar, una gran incomprensión y muchísima intolerancia hacia las opiniones, todo esto causa malestar, estrés sufrimiento y desgaste», afirmó a Efe la psicóloga María Auxiliadora González.
Añadió que «más de la mitad de las personas depresivas están en proceso de pérdidas y la otra mitad está atravesando situaciones distintas».
Las causas que desencadenan la depresión pueden ser una o varias y lo importante es que las personas que la sufran acudan a un especialista en psicología para evitar que el caso tenga una mayor gravedad en un futuro.
– Buscar ayuda, el mejor consejo
Como parte de los esfuerzos para enfrentar esta enfermedad el Colegio de Psicólogos lanzó una campaña para conversar sobre este tema y creó la página www.psicologiacr.com/consejos donde las personas pueden ingresar e informarse sobre la depresión.
Las autoridades recomienda que quienes identifiquen a una persona con síntomas de depresión le recomienden buscar ayuda de un profesional para abordarlo y construir alternativas que permitan enfrentar la situación.
Además es positivo compartir, escucharlos y animarlos a realizar actividades físicas y creativas como tocar un instrumento, bailar, pintar, buscar buenas compañías, tratar de que no se aíslen y que salgan con familiares, amigos o ingresar a grupos de recreación.
El artista y músico Tato Quesada, de 27 años, aseguró que desde que era un adolescente ha sufrido episodios de depresión y que muchas de sus personas cercanas veían su enfermedad como una «debilidad».
Quesada compuso el tema «Una canción que no te anima» en donde recopila una serie de consejos que las personas le han dado, pero que lejos de ayudar realmente terminan haciendo más daño y aumentan el sentimiento de debilidad y sensaciones de tristeza.
«Yo creía que era una vergüenza tener depresión, pero es una enfermedad. Las personas le dicen a uno que sonría más, que se anime, que sea fuerte, pero todo esto a uno lo desanima porque uno cree que es débil y que no puede ver las cosas buenas de la vida», explicó Tato Quesada.
– Vulnerabilidades
Cifras oficiales costarricenses indican que en el 2018 un total de 1.157 mujeres y 741 hombres intentaron quitarse la vida, para una tasa total de 37,9 personas por cada 100.000 habitantes. Mientras que en el 2017 fueron 785 mujeres y 476 hombres, para una tasa de 25,4.
Los datos más recientes de la Dirección de Vigilancia de la Salud indican que en el 2016 un total de 339 personas se suicidaron. La tendencia al alza se refleja desde el año 2014 cuando fueron 284 casos y en 2015 fueron 315 personas.
Entre algunos factores que acentúan la vulnerabilidad de las personas para autolesionarse incluyen la falta de educación básica a en materia de salud mental, la estigmatización social que sufren quienes padecen desórdenes mentales y las barreras de acceso a servicios de salud mental de manera oportuna y preventiva.