Cambio de hábitos en la pandemia incrementan casos trastornos alimentarios
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El cambio de hábitos debido a la pandemia derivada por la covid ha originado un incremento de los casos de trastornos de la conducta alimentaria tanto en la Comunitat Valenciana como en España, según ha señalado el nutricionista del Hospital Vithas Valencia Consuelo Arturo Aleis.
Así, ha explicado que los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son trastornos mentales que se caracterizan por el desarrollo de un comportamiento patológico respecto a la ingesta alimentaria y que conlleva una obsesión por el control del peso. Durante el confinamiento estricto, los TCA aumentaron en España un 264,4% y en las primeras salidas tras el confinamiento se incrementaron un 826,3%.
Aleis ha alertado sobre los problemas que pueden ocasionar estos trastornos «que son una de las principales patologías relacionadas con la alimentación en la sociedad, ya que pueden ser precursores para que quien los padece, pueda sufrir complicaciones médicas multiorgánicas derivadas de este».
En la Comunidad Valenciana se estima que más de 25.000 personas padecían algún tipo de trastorno de conducta alimentaria en el año 2020, según los datos ofrecidos por la Generalitat Valenciana. La mayor franja de edad se concentra entre los 15 y los 19 años, en las mujeres, y entre los 10 y los 14, en los hombres.
Aleis ha resaltado que la anorexia nerviosa de tipo restrictiva es el trastorno que provoca más ingresos hospitalarios ya que las complicaciones médicas derivadas afectan a todos los órganos y sistemas, provocan un estado de malnutrición y alteran la funcionalidad cognitiva y emocional del individuo. También destacan la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón, pica o el trastorno de rumiación.
CAMBIO DE ESTILOS DE VIDA
En este sentido, Javier Mota, psicólogo del Hospital Vithas Valencia Consuelo, ha recordado que los trastornos de la alimentación «pueden ser un síntoma de una estructura de personalidad con dificultades, y pueden llegar a aparecer desde épocas tan tempranas como la primera infancia». El profesional hace referencia a las «anorexias de oposición, que suelen tener una mayor frecuencia» y que representan «la queja del niño sobre la calidad de la relación que tiene con sus progenitores».
Sin embargo, Mota ha señalado que es en la adolescencia «donde más se evidencian estos problemas» y se dan el mayor número de casos porque esta es «una etapa donde se van a producir unos cambios físicos importantes, que es lo que se conoce como la pubertad». Por este motivo, ha comentado que la prevención «estaría enfocada a la atención y entendimiento del desarrollo emocional en la infancia, en primer lugar, por parte de los padres y, en caso necesario, por profesionales».
Asimismo, ha reconocido que el cambio en los estilos de vida provocado por la pandemia de covid «ha podido crear desequilibrios más acusados en personalidades que pueden ser más vulnerables, lo que puede derivar en la aparición de trastornos de la alimentación, cómo forma inadecuada de afrontar la angustia».
Por último, ha recordado que «hay que consultar con los especialistas una vez se manifiestan estos problemas para poder diagnosticar el funcionamiento emocional del paciente que ha derivado en un trastorno y realizar un trabajo que le permita reconstruir lo que está afectado». «Estamos hablando de sufrimiento psíquico que requiere que se le dé toda la atención necesaria, porque de no hacerlo, va a tener consecuencias para el mismo paciente y también para su entorno más próximo», ha finalizado.