#6Dic | San Nicolás existe y es un santo de la Iglesia católica, por María García de Fleury - 800Noticias
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Por: María García de Fleury

Los católicos solamente adoramos a Dios y veneramos la imagen de aquellos que se han destacado por su inmenso amor a Dios y por eso han resaltado con algunas virtudes.

Las imágenes sirven para instruirnos, para despertar nuestra devoción, porque como somos personas sensibles e intelectuales, las cosas visibles son necesarias para que nos acordemos de las invisibles. El mismo Dios se hizo visible encarnándose.

Hoy vamos a hablar de un santo muy venerado, San Nicolás. San Nicolás es un santo de la Iglesia Católica, fue un obispo de la ciudad de Mira, en Turquía y a su muerte la iglesia lo declaró Santo por su gran virtud de fidelidad a Dios y, sobre todo, por su humildad y generosidad.

Como obispo conocía a todos los fieles de su diócesis y se preocupaba por ello. En Navidad quería materializar lo que era la felicidad de que Dios se hubiera hecho niño para salvar a toda la humanidad, y así que decidió que debía ser un día muy feliz para todos, por eso iba anotando los nombres de cada familia, con los hijos que tenían, y cómo le gustaba mucho la carpintería en las noches se ponía a hacer muñecos de madera, pelotas y distintos tipos de juguetes, preparaba bolsas de comida y ropa que iba pidiendo a lo largo del año donde también colocaba los juguetes propios para cada familia.

La noche del 24 de diciembre invitó a todo el pueblo a la misa de Navidad y después de la misa de Navidad, cuando se habían ido a acostar a dormir, como era invierno y había nieve, monseñor Niklaus se puso su saco de obispo, que era morado, guantes en las manos, gorro en la cabeza y botas, y salió con sus bolsas a ponerlas en la puerta de cada familia. Ya casi cuando iba a amanecer logró terminar de repartirlas todas.

Al despertarse, las personas abrieron sus puertas y encontraron una bolsa, metieron la bolsa dentro de la casa y empezaron a ver lo que tenía, asombrados, le tocaron la puerta al vecino y este les dijo “pero si yo tengo hijas y aquí hay muñecas, tú tienes varones y allí hay juguetes de varones, tú tienes un bebé y ahí hay cosas de bebé”. Todos se dieron cuenta de que había regalos propios para cada familia, la felicidad en el pueblo fue grande, todos disfrutaron sin saber quién se los había dejado.

Al año siguiente sucedió lo mismo y al tercer año lo estaban espiando y le dijeron “monseñor Niklaus queremos hacer lo mismo en otros pueblos y ciudades”. Monseñor Niklaus les dijo “recuerden que Jesús en el Evangelio dijo, que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda”. De ahí viene la tradición de que el Niño Jesús al nacer, el 24 de diciembre, manda a San Nicolás con regalos, sobre todo para los niños en la noche del 24 para el 25, mientras ellos están dormidos.

De ahí viene también la tradición del amigo secreto que solamente se juega en Navidad y se dan regalitos que hagan feliz a otra persona sin que se sepa quién se lo está dando, aunque al final se dice quién era tu amigo secreto. Amigos, nuestro amigo secreto, que no es tan secreto, es Dios.

San Nicolás murió como un viejo de barba blanca, en Mira, el 6 de diciembre, más o menos en el año 343 y se le conoce como San Nicolás de Bari porque cuando ocurrió la invasión musulmana, 700 años después de su muerte, un grupo de fieles sacó de la ciudad sus reliquias a escondidas para que no las profanaran y las trasladaron a la ciudad italiana de Bari donde se encuentra en la actualidad.

Amigos, San Nicolás sí existe, y existe mientras exista la solidaridad, la búsqueda del bien para con los demás, la generosidad. San Nicolás existe mientras exista el amor, porque San Nicolás viene a decirnos que Jesús, el hijo de Dios, vino a la Tierra a salvarnos y ¡con Dios siempre ganamos!