#28May | Día Mundial de la Nutrición
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Este jueves 28 de mayo se celebra el Día Nacional de la Nutrición, una iniciativa de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) que busca concienciar a la población para que opte por una alimentación saludable, variada, moderada y equilibrada.
Según la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), un menú nutritivo y saludable debe incluir, por un lado, verduras, hortalizas y frutas, y por otro, cereales integrales, fuentes de proteínas vegetales, -como las legumbres-, aceites vegetales insaturados, como el aceite de oliva, y en menor cantidad, proteínas de origen animal.
Dentro de las recomendaciones de los expertos, entre un 50% y un 55% de nuestra ingesta diaria de energía debe proceder de los hidratos de carbono, un 30%-35% de las grasas y un 10%-15% de las proteínas.
Las principales fuentes de fibra alimentaria son los alimentos de origen vegetal, como cereales, legumbres, verduras y frutas, y por tanto son la mejor opción para cubrir una ingesta adecuada y ayudar a la salud digestiva.
La importancia del desayuno
De cara a una alimentación saludable, el desayuno juega un papel fundamental. Y es que desayunar significa romper el ayuno, por lo que resulta clave tanto para reorganizar los cambios metabólicos sufridos durante la noche y empezar el día con un aporte de energía y nutrientes necesario, como son las vitaminas, minerales y fibra; como para mantener un adecuado estado de hidratación con el primer líquido ingerido del día.
De acuerdo con la Fundación Española en Nutrición, el desayuno saludable es aquel que es variado, completo, equilibrado y satisfactorio, clave para ayudarnos a cubrir las necesidades de nutrientes esenciales, y se aconseja que aporte entre el 20% y el 25% de la ingesta total de energía en el día, tanto en niños como en adultos.
Entre los grupos de alimentos que se recomienda incluir en un desayuno equilibrado están las fuentes de proteínas, por ejemplo, los lácteos, los cereales y las frutas; que a su vez deben combinarse con otros típicos de la dieta mediterránea como son el tomate, los huevos, el jamón, los frutos secos o el aceite de oliva.