Venezolano asesina a su expareja en Perú por no querer estar con él
Agencias
Soiryth Katherine Millán Abreu tenía 28 años, venezolana, llegó a Perú para concretar su anhelo de mejorar su futuro, pero fue asesinada a puñaladas por su expareja porque se negó a volver con él. Sus metas de tener una carrera próspera en Lima para ayudar a su familia quedaron perdidas en una vivienda de Ate.
Luego del hecho el criminal intentó cortarse el cuello pero sobrevivió, ahora la familia de la jovencita busca ayuda para poder devolver el cuerpo de la chica a su patria. El cadáver de Soiryth después fue encontrado sobre una cama de la habitación.
Roberto Enrique Arambulet Loyo, de 40 años, es quien cometió el mortal crimen. Intentó suicidarse cortándose el cuello y lanzándose del tercer piso de la vivienda donde cometió el feminicidio, pero no murió, se debate actualmente entre la vida y la muerte.
La propetaria del inmueble ubicado en la avenida Michael Faraday 306, Julia Santos Polo, explicó que la noche del jueves pasado escuchó una fuerte discusión en la habitación que el extranjero había alquilado.
Fue entonces que, de acuerdo a lo que la Policía pudo reconstruir, Arambulet atacó a la joven asestándole 15 puñaladas y le provocó la muerte.
Estaba obsesionado
Cuando la dueña del predio fue al tercer piso vio al asesino desnudo, sentado en el filo de la ventana, empuñando un cuchillo en la mano derecha. Tenía un corte a la altura de la yugular. Vecinos intentaron agarrarlo, pero pidió que no intervenieran y saltó al vacío.
El techo de calaminas amortiguó la caída del sujeto por lo que a pesar de cortarse el cuello sobrevivió a un lanzamiento de un tercer piso.
Medios afirman que:
«La familia de la víctima reveló que Roberto Enrique no toleró que Soiryth lo rechazara.
Ella ya no quería retomar la relación. No era amor, era obsesión.
Cuando llegaron de Venezuela convivieron en una vivienda de Santa Anita, pero la relación se fue resquebrajando y ella decidió mudarse con su hermano y su cuñada a Ate. Fue el principio del fin.
Él, sin embargo, la buscaba constantemente y le pedía volver. Incluso, alquiló el cuarto -donde cometió el crimen- para estar junto a ella.»
Dolor de familiares
“Soiryth era un ser lleno de alegría y compromiso. Sentimos un dolor inmenso, te vamos a recordar siempre, llena de luz. Basta de feminicidios”,dijo su hermano.