Monseñor Pasquale Iacobone sostuvo que se tomó la decisión para proteger a los guías que trabajan en los espacios subterráneos y a los visitantes.
Iacobone, secretario de la Comisión Pontificia para la Arqueología Sagrada, dijo que la suma de visitantes, espacios pequeños y estrechos y la humedad en las catacumbas son condiciones ideales para la propagación del virus.
Italia es el país más afectado de Europa, con 17 muertes por el virus y 650 infecciones. El brote se centra en un pequeño grupo de ciudades en las norteñas regiones de Lombardía y Véneto.
Las catacumbas son sitios de entierro subterráneos que datan del siglo II. Las más famosas y visitadas se encuentran en Roma y consisten en varios kilómetros de túneles.
El Vaticano las administra junto con muchas otras catacumbas cristianas en toda Italia. Alrededor de una docena han sido exploradas y abiertas al público.
“Esperamos poder reabrirlas lo antes posible, pero realmente no teníamos otra opción”, dijo Iacobone.