Usain Bolt resucitó a doce meses de los Juegos de Río
París, Francia | AFP | En un año marcado por los escándalos de corrupción y el dopaje, en el deporte en general y en el atletismo en particular, la figura de Usain Bolt emerge como una de las pocas alegrías individuales.
Otra estrella mediática del mundo del deporte, como Leo Messi, que buscaba su primer título con la selección argentina, fracasó en la final de la Copa América contra Chile. Bolt, en cambio, no falló. El velocista jamaicano tiene la costumbre de destacar en las grandes citas, en Juegos Olímpicos y Mundiales.
Cuando todos le deban por acabado, en un año en que sus marcas estaban lejos de las del estadounidense Justin Gatlin, el jamaicano surgió cual Ave Fénix y arrolló en la pista del Nido del Pájaro de Pekín, donde había comenzado a volar siete años antes.
Bolt completó en el Mundial de atletismo de Pekín un nuevo triplete en las pruebas de velocidad, ganando las pruebas de 100, 200 y 4×100 metros.
El jamaicano de 29 años advirtió que los Juegos de Rio, donde buscará un nuevo triplete, podrían ser su última competición importante.
«Todo dependerá de cómo me sienta tras Rio. Si siento que mi cuerpo puede aguantar una temporada. Si voy a estar concentrado y tener determinación. Entonces determinaré si voy a competir después de Rio. Veremos cómo van las cosas», indicó el jamaicano.
Bolt completó en Pekín un ciclo glorioso. Tras ganar en el Nido del Pájaro pequinés tres medallas de oro en los Juegos Olímpicos de 2008, volvió a conseguirlas siete años después en el mismo escenario en el Mundial.
Por el camino, el jamaicano ganó tres tripletes más en los Mundiales de Berlín-2009 y Moscú-2013 y en los Juegos Olímpicos de Londres-2012.
Solo le faltó el triplete en el Mundial de Daegu-2011, donde ganó los oros de 200 metros y del relevo 4×100 metros, pero no pudo lograr el de 100 metros al ser descalificado en la final por una salida falsa.
– Bolt, lado dulce del atletismo –
Bolt fue la mejor noticia para un atletismo malherido, que en este año ha visto cómo el antiguo presidente de la IAAF, el senegalés Lamine Diack, era imputado por corrupción, al nuevo mandatario, el británico Sebastian Coe, se le acusó de favorecer a la candidatura de la ciudad estadounidense de Eugene para organizar los Mundiales de 2021, y la federación rusa fue suspendida por un sistema de dopaje generalizado.
Usain Bolt representa el lado dulce del atletismo. Tras semanas en que el dopaje se hizo protagonista absoluto de este deporte, apareció el jamaicano en Pekín en agosto.
A finales de julio, la televisión pública alemana ARD y el periódico The Sunday Times señalaban que una investigación había mostrado que un tercio de los medallistas mundiales y olímpicos entre 2001 y 2012 tenían valores sanguíneos anormales, es decir, había indicios de dopaje.
«¿Soy el salvador del atletismo? No me corresponde a mí decirlo. Solo vine a Pekín para agrandar mi leyenda», explicó Bolt.
Bolt, a las puertas de la treintena, mantiene los tres récords del mundo en 100 metros (9.58), en 200 metros (19.19) y en el relevo de 4×100 (36.84).
Y es que Usain Bolt es eterno. Cuando parece que peor está, vuelve a resurgir.
A Pekín-2015 llegaba peor que nunca. Con la sexta mejor marca de la temporada (9.87) en 100 metros y rendido al poder del estadounidense Justin Gatlin, dominador en las dos últimas temporadas.
Bolt tiene asegurado un lugar en el olimpo de los grandes deportistas, junto a Pelé, Diego Maradona, Mohammed Ali, Michael Jordan o Michael Phelps.
Rio de Janeiro, en casa del rey Pelé, su leyenda puede hacerse aún más grande si cabe. Llegará con 30 años. No necesitará brillar. Ya es el mejor atleta de todos los tiempos. Ganar dos o tres oros en la ciudad brasileña sumaría títulos a una carrera extremadamente prolija.