Usa tus regalos, por María García de Fleury
por: María García de Fleury
Hay un momento en el evangelio donde los discípulos se le acercan a Jesús y le piden, «Señor, aumenta nuestra fe», es una petición muy buena, quiere decir que se están tomando en serio la fe y que están tomando en serio el seguir a Jesús y vivir como el pide, parece que le pidieran más fe para poder hacer más y mejores cosas.
La respuesta de Jesús a esta petición fue «si tienen la fe del tamaño de un grano de mostaza, podrán hacer milagros como los que yo hago y mayores, como queriendo decir que el problema no es que aumente su fe, el problema es que no está usando la fe que te dí y ese es el problema que todos tenemos.
Pedimos el don de la fe, el don del consejo, de la fortaleza, pero en verdad lo que sucede es que no estamos usando esos siete dones, esos siete regalos que Dios nos dio a cada uno a través del Espíritu Santo en el bautismo, el don de la sabiduria, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
Muchas veces le pedimos a Dios que nos de regalos extraordinarios, pero si no estás dispuesto a usar los dones naturales que Dios te ha dado, ¿por qué crees que Dios te va a dar dones espirituales extraordinarios?, ¿Cómo quieres que te de el don de hacer milagro de curación imponiendo las manos u orando sobre una persona?, si tu no estás dispuesto a usar el don natural que te dio de por ejemplo ir a visitar a tu familiar enfermo en un hospital.
Si usáramos los dones que Dios nos dio en el bautismo podríamos cambiar al mundo, deberíamos rezar por el don de la generosidad, porque podríamos definir la generosidad como el amor con patas, si amigos, la generosidad es el amor en acción. Síguele pidiendo a Dios por esos dones extraordinarios que deseas, porque San Pablo decía «deseen y busquen los bienes de arriba, pero tambien empecemos a usar los dones que ya tenemos.
Si usáramos ese don espiritual de la generosidad, por ejemplo, que es amor en acción, este mundo sería mucho mejor, hagámoslo con la gracia de Dios y dejemos que Dios transforme el mundo a través de nosotros con los donde que él le ha dado a cada uno, porque con Dios ¡siempre ganamos!