Uno de cada cinco hombres mayores de edad sufre disfunción eréctil
ABC
La disfunción eréctil puede afectar negativamente a la relación de pareja provocando un desequilibrio relacional y, eventualmente, una desestructuración de la relación, no sólo sexual sino también de pareja. Además, los pacientes con disfunción eréctil presentan una gran cantidad y variedad de enfermedades concomitantes, la mayoría de índole cardiovascular. La prevalencia de estas enfermedades es mayor conforme aumenta la gravedad de la disfunción eréctil.
En España, 1 de cada 5 hombres mayores de edad sufre disfunción eréctil, de acuerdo con los distintos estudios de la Asociación para la Investigación en Disfunciones Sexuales en Atención Primaria (AISD-AP) y el trabajo multidisciplinar Epidemiología de la Disfunción Eréctil Masculina (EDEM), un análisis realizado por 12 asociaciones científicas entre las que se cuentan la Asociación Española de Andrología, la Asociación Española de Urología, la Sociedad Española de Cardiología o la Sociedad Española de Hipertensión.
Según el estudio de AISD-AP, realizado sobre 3.600 hombres en toda España, el 42,68% de los varones acude a consultas de atención primaria por disfunción eréctil de distintos grados, motivada en un 60% por patologías orgánicas y no psicológicas.
«Es importante que pongamos estos asuntos de salud sobre la mesa en días como hoy, en el que celebramos el Día Europeo de la Salud Sexual. Nuestra intención es animar a todas las personas que sufren algún problema de disfunción eréctil a consultar con su médico y buscar una solución. La actitud de la pareja también es determinante en la manera con que el hombre afronta la disfunción eréctil y en que acuda o no al médico en busca de ayuda», afirma Ignacio Moncada, secretario general de la Asociación Española de Andrología.
Para solucionar este tipo de patologías, existen tres opciones con evidencia científica comprobada: tratamiento farmacológico, inyecciones intracavernosas y la opción quirúrgica con la prótesis de pene.
Alrededor de un 15% de hombres con disfunción eréctil no responden a los tratamientos farmacológicos ni a las inyecciones intracavernosas y requieren implante de prótesis de pene. En nuestro país, a pesar de que se lleva realizando desde los años 80, aún no es muy común, pero sí lo es en otros países de Europa y sobre todo en Estados Unidos, donde el número de implantes es 10 veces mayor. Esto se debe, de acuerdo con el jefe de Urología, al desconocimiento o a ideas falsas respecto a este tratamiento.
El especialista ha advertido que «aún sigue siendo una minoría los que reciben una, en parte por falta de información y en parte por miedo a preguntar». Además, la realización de esta técnica requiere un grado alto de preparación por parte del urólogo, que debe contar con la destreza y experiencia necesaria para garantizar un óptimo resultado clínico.
El implante de una prótesis consiste en la colocación, dentro del pene, de un dispositivo que produce un aumento de tamaño y rigidez al pene cada vez que el paciente quiera. El implante es perfectamente disimulable e invisible y requiere de una intervención quirúrgica bajo anestesia. «Pese a ser más invasivo, la eficacia de este procedimiento es altísima y la satisfacción de los pacientes y de sus parejas es mayor que la obtenida con tratamientos farmacológicos», añade el Dr. Moncada.