Una vacuna reduce el virus latente del VIH y abre nuevas vías de tratamiento
EFE
Un grupo de investigadores del Instituto Superior de Sanidad (ISS) italiano ha probado una vacuna que reduce «drásticamente» el virus latente del VIH -que no se puede eliminar con ningún tratamiento-, en pacientes bajo terapia antirretroviral, anunció hoy el ente en un comunicado.
Es el resultado de una investigación dirigida durante ocho años por la profesora Barbara Ensoli, del ISS, y publicada hoy en la revista «Frontiers in Immunology».
La administración de esta vacuna basada en la proteína vírica TAT a personas infectadas con el VIH y bajo tratamiento antirretroviral redujo «drásticamente» el reservorio del virus latente, que la medicación actual no es capaz de eliminar actual, explica el ISS en un comunicado.
El estudio muestra que los voluntarios vacunados con la proteína TAT después de estar bajo tratamiento antirretroviral durante una media de seis años experimentan una «continuada reducción» del virus en sangre durante los siguientes ocho años.
Esta reducción ocurre a una velocidad de entre cuatro y siete veces superior de media que la observada en pacientes tratados únicamente con antirretrovirales.
«La carga de ADN proviral disminuyó con el tiempo, con una vida media de 2 años y una reducción estimada del 90% en el octavo año» en uno de los grupos de los 92 voluntarios sometidos a la prueba, asegura el estudio.
La profesora Ensoli defendió que los resultados «abren nuevas perspectivas para una cura funcional» de la enfermedad, que aún es una «emergencia global» con unos 40 millones de afectados, sobre todo entre las clases más desfavorecidas.
«Estos resultados abren nuevas perspectivas para una cura funcional del VIH, es decir, la capacidad de controlar el virus durante la suspensión del tratamiento antirretrovírico», sostiene la experta.
Y es que, continúa, «una cura funcional facilitaría el control clínico a largo plazo de los enfermos con VIH reduciendo la acumulación de toxicidad» de la terapia antirretrovírica mientras «mejora la adherencia al tratamiento y la calidad de vida, que es crucial especialmente para niños y adolescentes».
Más de tres décadas después del descubrimiento del virus de inmunodeficiencia humana, causante del SIDA, en el mundo aún hay 36,9 millones de infectados y 21,7 millones de ellos están bajo terapia antirretrovírica, según los datos de 2017 de Naciones Unidas.