Una piel joven: lo que no sabías del ácido hialurónico - 800Noticias
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Plasticidad y volumen. Estas dos cualidades de la piel, tan evidentes durante la juventud, tienden a disminuir con el paso de los años, y este cambio se debe a la reducción del ácido hialurónico, presente de manera natural en el organismo. La doctora y vocal de la junta directiva nacional de la Sociedad Española de Medicina Estética, Concha Obregón, explica que entre sus funciones están la reconstrucción de las fibras que sostienen los tejidos de la piel y la capacidad de retener agua, con lo que hidrata los tejidos, aportando firmeza, elasticidad y favoreciendo un aspecto óptimo (y juvenil) del cutis.

Pero, ¿existen formas de recuperarlo? Cuando se trata de recuperar el ácido hialurónico de la piel la experta explica que existen tres maneras de hacerlo, aunque siempre es recomendable prevenir su pérdida mediante cuidados diarios y tratamientos especialmente pensados para ello: «Peelings, radiofrecuencias, láseres de varios tipos, mesoterapia… Medidas que, sin ser demasiado agresivas, ayudan al mantenimiento de la elasticidad de la piel e e inducen la producción de colágeno».

Cremas. La cosmética, según Obregón, es la manera de actuar a menor profundidad, porque las cremas y sérums actúan a nivel superficial, sobre la epidermis. Sí que ayudan a mantener la hidratación y dejar una piel luminosa, lisa, jugosa, aunque su uso ha de ser constante.

Alimentación. «Se deben priorizar alimentos con proteínas de alto valor biológico, como las que se encuentran en la carne, los huevos o el pescado, para que a partir de ellas se sinteticen los aminoácidos esenciales», asegura la doctora. De la misma manera, añade, se debe complementar con un buen consumo de antioxidantes, presentes en frutas y verduras para combatir los radicales libres que oxidan y deterioran la piel, ya sea con aquellos alimentos ricos en vitamina C, (como kiwis, pimientos o tomates); en betacarotenos, como zanahorias, garbanzos o albaricoques; en licopeno, como frutos rojos, o en luteína, consumiendo vegetales de hoja verde, como las espinacas, la col o el brócoli. .

Inyectado. Es el método más directo y efectivo. Entre sus ventajas, que no se necesita anestesia. Tampoco se presentan hematomas e inflamación tras su aplicación. Características que, como indica la doctora Elvira Santos, de la clínica madrileña Dalystetic, lo convierten en uno de los tratamientos más demandados en la consulta: «En el caso del rostro, por ejemplo, consiste en la aplicación de microinyecciones con principios activos que en su composición incluyen ácido hialurónico no reticulado, vitaminas y oligoelementos o aminoácidos esenciales para mejorar el metabolismo cutáneo». Su precio ronda los 120 euros, y la duración depende de cada persona, en función de su tipo de piel, su estilo de vida y el tipo de tratamiento elegido.

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