Trump no halla consenso sobre plan sanitario y sufre primer revés legislativo
EFE
El presidente de EE.UU., Donald Trump, hizo este jueves todo lo posible para hallar consenso entre los republicanos sobre el nuevo plan de salud con el que derogar y sustituir la ley sanitaria del expresidente Barack Obama, pero no fue suficiente y el liderazgo de la Cámara Baja se vio obligado a posponer su voto.
Es el primer revés legislativo que sufre el mandatario desde su llegada a la Casa Blanca, y ha ocurrido en el seno de su propio partido, incapaz de ponerse de acuerdo sobre uno de los aspectos más polémicos y delicados de la política estadounidense: el sistema sanitario.
El liderazgo republicano había marcado el día de hoy en el calendario, casualmente el séptimo aniversario de la promulgación del Obamacare, como se conoce popularmente a la reforma sanitaria de Obama, para someter a votación su propuesta legislativa, pero ante la falta de acuerdo se vio obligado a posponer la cita.
Trump, que apoyó rápidamente el texto cuando este se puso sobre la mesa hace unas semanas, se reunió este jueves con el ultraconservador Freedom Caucus (Caucus de la Libertad), el grupo de legisladores conservadores más radicales de la Cámara Baja, para tratar de encontrar un punto de encuentro en el último minuto.
«Hoy vamos a continuar debatiendo, porque no tenemos los suficientes síes. Estamos considerando la situación, ha habido progresos, pero necesitamos que (para la Casa Blanca) esto no sea solo cumplir una promesa de campaña, sino que realmente baje los costes de los seguros para todos los estadounidenses», dijo Mark Meadows, presidente del Freedom Caucus.
«Ciertamente estamos tratando de llegar a un ‘sí’. Hemos hecho peticiones muy razonables y esperamos que esas peticiones razonables sean escuchadas y finalmente acordadas», insistió Meadows ante a la prensa, tras conocerse la decisión del liderazgo.
El caos fue inevitable en los pasillos del Congreso tras conocerse la suspensión del voto sin fecha prevista, y después de que el presidente de la Cámara Baja y uno de los principales impulsores del proyecto, el republicano Paul Ryan, cancelara hasta en dos ocasiones su comparecencia de prensa para tratar el tema.
Con los demócratas unidos en el objetivo de impedir la derogación de Obamacare, si al menos 22 republicanos votan en contra del proyecto de ley, esta no lograría los 216 votos necesarios para su aprobación.
Las cuentas no salen porque los ultraconservadores suman cerca de la treintena.
Los miembros del Freedom Caucus alegan que es necesario sacar de la ley la obligatoriedad de la cobertura de «beneficios esenciales», es decir, aquellos relativos a la cobertura de la asistencia en urgencias o la maternidad, porque a su juicio suben los precios de los seguros y no le permiten al paciente escoger con libertad.
Según la Casa Blanca, Trump se ha mostrado abierto a ese tipo de modificaciones, pero también es consciente de que eso alejaría a los republicanos más moderados y casi imposibilitaría que el texto avanzara en el Senado, donde debería ser considerado después del visto bueno de la Cámara de Representantes.
En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, insistió hoy en que el número de congresistas a favor de la ley continúa creciendo, y que la reunión de Trump con los miembros del Freedom Caucus fue «un paso positivo» hacia el objetivo de lograr la aprobación del nuevo proyecto de reforma sanitaria.
La eliminación del Obamacare fue una de las promesas principales de la campaña de Trump y algo que los republicanos llevan años queriendo hacer, pero no se ponen de acuerdo en el cómo.
La propuesta del liderazgo republicano pretende recortar la expansión del programa de ayuda para las personas con bajos recursos, así como poner fin al mandato individual de adquirir un seguro impuesto por la ley actual.
Sin embargo, conserva algunas disposiciones como la cobertura de «beneficios esenciales» o la obligatoriedad de ofrecer seguro a las personas que han sufrido enfermedades en el pasado.
La Oficina no partidista de Presupuesto del Congreso (CBO) actualizó hoy su análisis sobre el plan republicano, que había emitido la semana pasada, y aseguró que este supondrá un ahorro aún menor de lo esperado a las arcas federales, pero igualmente provocará que en 10 años cerca de 24 millones de estadounidenses se queden sin seguro.
La CBO aseguró que los nuevos datos son producto de las modificaciones presentadas sobre el texto en los últimos días, de manera que el proyecto reduciría el déficit en 150.000 millones de dólares en 10 años, frente a los 337.000 millones inicialmente previstos.