Traslado de la Virgen de Coromoto, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
La fiesta del 2 de febrero es conocida y celebrada con varios nombres, todos muy significativos, La purificación de María para cumplir con la prescripción de la ley del Antiguo Testamento que la mujer debía ir al templo a los cuarenta días de haber dado a luz para purificarse; se conoce también esta fiesta como la presentación del Señor porque se celebra esos 40 días después al nacimiento de Jesús y la ley establecía que ese día era cuando los padres debían presentar a su hijo primogénito en el templo de Jerusalén. También se celebra la fiesta de la luz y la fiesta de las candelas porque Jesús es la luz del mundo. Cristo, la luz del mundo, presentado por su madre en el templo, viene iluminar a todos como la vela o las candelas de dónde se proviene aquí la advocación de la Virgen de la Candelaria.
En Venezuela, concretamente en Guanare, apareció la Madre de Dios en 1651 y 1652 y se quedó en la mano del cacique Coromoto de quién ella toma su nombre pero quiénes la cuidaban en los primeros meses de su aparición eran los españoles capitaneados por Juan Sánchez. Cuando el párroco del lugar les pidió que la trasladaran a la iglesia de Guanare para poderla cuidar mejor, entre todos tomaron en cuenta que como muchos de ellos venían de las Islas Canarias y la patrona era la Virgen de la Candelaria, además que ese día se celebra la presentación del niño en el templo y la Virgen viene mostrando al niño frente a ella, la fecha más adecuada era el 12 de febrero para trasladarla a su nuevo hogar y así lo hicieron.
Años más tarde, cuando el Papa Juan Pablo II viajó por primera vez Venezuela entre el 26 y el 29 de enero de 1985, visita que incluyó Caracas, Maracaibo, Mérida y Ciudad Guayana, quiso también visitar Guanare pero no pudo ir porque el santuario estaba en construcción, por eso le dio el expreso encargo al Cardenal José Ali Lebrún, Arzobispo de Caracas, para que fuera a Guanare el 2 de febrero.
El cardenal Lebrún contó que «viajando con el Papa en su última gira a Puerto Ordaz «me encomendó el honroso encargo de ir a Guanare el próximo 2 de febrero con un grupo de obispos venezolanos para celebrar allí la misa es su nombre, renovar la consagración de Venezuela a la Santísima Virgen de Coromoto e impartir su bendición apostólica a los fieles, como me manifestó también su deseo de que lo acompañara en ese viaje un grupo de obispos, por eso los he invitado y de acuerdo con sus obligaciones varios han aceptado la invitación del Papa».
Efectivamente el 2 de febrero de 1985 el Cardenal Lebrún celebró la misa en la Catedral de Guanare y ante un numeroso grupo de peregrinos y de habitantes de la ciudad, el cardenal renovó la Consagración De Venezuela a Nuestra Señora de Coromoto representando al Papa y además dio la bendición apostólica ratificando una vez más junto con toda la jerarquía de la iglesia venezolana, la importancia de la aparición y del mensaje de la Virgen de Coromoto quién vino a Venezuela junto con el Niño Jesús y se quedó con nosotros para ratificar que es solo con Dios con quién ¡siempre ganamos!
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