Traslado de la Virgen de Coromoto a Guanare, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Para todos los devotos de La Virgen de de Coromoto el día 2 de febrero es un día muy especial, pues se recuerda que ese día en 1654, es decir, hace 369 años en Guanare, estado Portuguesa, la imagen dejada por la Virgen en manos del cacique Coromoto el 8 de septiembre de 1652, fue trasladada y depositada con toda solemnidad en el templo parroquial.
Todo comenzó cuando un día del año 1651 el cacique Coromoto en compañía de su mujer y sus hijos se dirigía a una parte de montaña dónde tenían una tierra de labranza, al llegar a una quebrada vio a una bellísima señora que le sonreía y sostenía en brazos a un niño radiante, que al igual que ella estaban los dos coronados. Coromoto la miró impresionado y le preguntó, ¿Qué desea bella señora?, ella le dijo: «Quiero que vayan donde los blancos para que se echen agua en la cabeza y puedan ir al cielo».
Estas palabras dichas con suavidad y fuerza persuasiva movieron el corazón del cacique y lo convencieron, el español Juan Sánchez los ayudó a establecerse en la confluencia de los ríos Tucupido y Guanaguanare y con ayuda de un fraile capuchino comenzaron a enseñarles la religión cristiana.
Iban pasando los meses y se adelantaban los trabajos de asentamiento y la enseñanza, los niños eran los encargados de buscar el agua en la quebrada, pero con frecuencia se tardaban demasiado, hasta que descubrieron que la razón de la tardanza era la bella señora, que con su amorosa sonrisa se le seguía apareciendo a los niños y no se cansaban de admirarla, por eso se les iba el tiempo.
Se acerca el 8 de septiembre, día del cumpleaños de la Virgen y el fraile les dijo que era un buen día para echarse el agua en la cabeza; todos lo hicieron pero el cacique se negó y corrió hacia la selva, deseando regresarse de nuevo a sus tierras. A la noche, cansado y bravo regreso a su bohío y en eso se le apareció en la puerta la bella señora con el niño y violentamente el cacique trató de deshacerse de ella pero ella desapareció y le dejó su imagen en la mano
El cacique al día siguiente quemó la choza huyó a la selva dónde lo mordió una serpiente venenosa llamada mapanare. Viendo que iba a morir se arrepintió, pidió el bautismo y le dijo al resto de la tribu: «quédense aquí porque es el deseo de la bella señora».
En los meses siguientes la fama de la virgen se fue difundiendo y creciendo entre la gente de la región hasta que el vicario presbítero don Diego de Lozano les pidió que le llevarán a la Iglesia, pues allí la imagen estaría más protegida y podrían ir a verla cuando quisieran.
Se pusieron de acuerdo y eligieron el Día de la Virgen de la Candelaria, patrona de las Islas Canarias, que además coincidía con el día de la presentación de Jesús en el templo, 4o días después de nacido y la Purificación de la Virgen. Salieron en procesión solemne con gran devoción desde la hacienda de Juan Sánchez a la iglesia de Guanare, ya el pueblo la conocía como la Virgen que se le apareció el cacique Coromoto y desde entonces se le conoce como la Virgen de Coromoto.
Muchos años después fue elegida como la Patrona de Venezuela y la iglesia fue elevada a la dignidad de Basílica Catedral el 24 de mayo de 1949 por su santidad el Papa Pío XII, pues allí estaba la mamá con su hijo y con Dios ¡siempre ganamos!
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