Transfiguración, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

María García de Fleury

La palabra transfiguración significa un cambio de forma o apariencia. Esto fue lo que le sucedió a Jesús en lo que se conoce como la transfiguración. Su apariencia cambió y se volvió gloriosa.

La transfiguración es evidencia clara de que Jesús era el divino hijo de Dios. No es casualidad que esto sucediera poco después de que Jesús hubiera reconocido que él era el Cristo, el que dejó la gloria del cielo para venir a la tierra. Ahora en la montaña, tres de sus discípulos, Pedro, Santiago y Juan, iban a vislumbrar esa gloria. Jesús les había dicho que algunos de los que estaban allí no iban a probar la muerte antes de ver al hijo del hombre viniendo en su reino. Y justamente la escena de la transfiguración de Jesús es una representación de su reino venidero.

La aparición de Moisés y Elías con Jesús es muy significativa porque el profeta Elías fue una figura destacada en el Antiguo Testamento, un gran profeta. Y su aparición con Moisés en el monte de la transfiguración testificó que Jesús había cumplido todo lo que habían dicho los profetas y había cumplido toda la ley. El nombre Moisés se equipara con la ley del Antiguo Testamento que Dios le había dado al pueblo. Jesús vino y cumplió los mandamientos de la ley e hizo las cosas que la ley no podía hacer. Es decir, dar una respuesta al problema del pecado. La ley señaló el problema y Jesús dio la solución porque la ley fue dada por Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. Cuando se escuchó la voz de Dios Padre se confirmó aún más el llamado y el hecho de que Jesús era el Hijo de Dios y reconoció que Jesús le había agradado en todas las cosas que había dicho y había hecho.

El Papa Juan Pablo II dijo: En la montaña la nube santa de Dios los cubrió. En la montaña aprendieron que Jesús mismo es la Torah viva, la palabra completa de Dios, y vieron el poder del reino que viene en Cristo. La transfiguración de Cristo fortaleció la fe de los apóstoles en anticipación de la pasión de Cristo. La subida a la alta montaña preparaba la subida al monte Calvario, revelándoles de manera poderosa la mano divina que obraba en los acontecimientos que viviría Jesús. Al pie de la montaña estaba el resto de los discípulos y la multitud. Todo esto presagia la propia explicación que dio Jesús en el Camino a Emmaús acerca de las escrituras, señalándose a él mismo.

Moisés y Elías hablaban de su partida que debía cumplir en Jerusalén. Cristo, como cabeza de la iglesia, manifiesta lo que su cuerpo contiene y radia en los sacramentos, la esperanza de la gloria. Pedro no entendió el punto y quiso quedarse en la montaña, y como aparente reprimienda ocurrió una teofanía, una manifestación de Dios, porque vino una nube y los cubrió, y tuvieron miedo al entrar en la nube, pero de la nube salió una voz que decía: Este es mi hijo el elegido, escúchenlo.

Amigos, estamos llamados a escuchar la palabra de Dios, a estudiarla y aplicarla y ponerla por vida de cada uno de nosotros. Dios pide que escuchemos la palabra de Jesucristo. Escuchémosla, porque con Dios siempre ganamos.

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