TRADICIÓN | Los Reyes Magos y su papel en la historia de Jesús
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¿Quiénes son los Reyes Magos?
También llamados Magos de Oriente, sus orígenes nos llevan hasta la Biblia.
En el capítulo dos, versículo 1-12, del Evangelio de San Mateo, se narra el camino que hicieron tres ‘magos’ (denominados así porque en aquella época se conocía como ‘magos’ a los ‘sabios’ o astrónomos) que fueron siguiendo una estrella hasta llegar a Belén.
Allí visitaron y ofrecieron tres regalos al recién nacido Jesús: oro, incienso y mirra. Aunque las escrituras no explican de dónde procedían los tres reyes, todo indica que vinieron desde Babilonia o Persia, lugar en el que los magos tenían una gran influencia.
Tampoco se conoce a ciencia cierta cómo eran o cómo se llamaban.
En el siglo XIV, el monje benedictino Beda, doctor de la iglesia, describió a los Reyes Magos en un manuscrito: ‘Melchor, anciano de blancos cabellos y larga barba del mismo color; Gaspar, más joven y rubio; y Baltasar, un señor negro’.
De esta manera, Beda los identificó como representantes de Europa, Asia y África.
En cuanto al número de Reyes Magos, se acepta el de tres, Melchor, Gaspar y Baltasar, aunque en distintos lugares se supone que fueron dos, cuatro, y hasta doce, como en Armenia.
Del mismo modo, es incierto su destino después del encuentro con la familia de Jesús en Belén.
Otro enigma es la estrella que les condujo hasta el pesebre del Niño. Para muchos científicos no se trataba más que de un cometa o meteoro luminoso.
Existen muchas teorías que intentan profundizar lo que está escrito en la Biblia, pero lo que sí sabemos con seguridad es que, con el tiempo, sus Majestades los Reyes Magos se convirtieron en unos personajes muy queridos por todos los niños.
La carta a los Reyes Magos
Todos los años, semanas antes de la llegada de la Navidad, los niños empiezan a pensar en los regalos que desean que les traigan los Tres Magos.
Es el turno de escribir la carta a los Reyes Magos, un momento de enorme ilusión y fantasía para los más pequeños. En ella, los niños cuentan cómo se han portado a lo largo del año y qué regalo les gustaría recibir el 6 de enero.
No existe un modelo único, sino que cada niño puede elegir el formato que más le guste; al igual que son múltiples las formas de enviar sus peticiones. Unos eligen depositarlas en el buzón de los supermercados o las tiendas de juguetes, y otros les piden a sus padres que la sellen y envíen por el correo convencional.
La cabalgata de reyes
La Cabalgata de Reyes se celebra en todas las ciudades españolas, y algunas mexicanas, la tarde del 5 de enero. Los tres Magos, acompañados de sus pajes y ayudantes, desfilan en carrozas por las calles de los municipios lanzando caramelos a todos los niños, representando el camino que recorrieron en su día hasta Belén.
Es una noche mágica en la que se mezclan la tradición con la fe y la esperanza; la ilusión de los niños con la adoración de los Reyes al niño Jesús.
Los regalos de reyes
Cada año, durante la madrugada del día 6 de enero, los Reyes Magos acuden a las casas de los niños para dejarles sus regalos, del mismo modo que llevaron oro, incienso y mirra al niño Jesús.
Según la tradición, una de las cosas exigidas por los Tres Reyes para que los niños reciban sus regalos es que se hayan portado correctamente y hayan sido buenos durante el año.
Los que cumplen esas exigencias reciben regalos, pero los que no se comportan como deberían, en lugar de regalos reciben carbón, un carbón dulce que simboliza la necesidad de que el niño cambie su actitud.
El roscón de reyes
Después de una noche mágica nada mejor que despertar con un dulce sabor en la boca. Mientras los turrones son los protagonistas de los postres navideños, el Roscón de Reyes es el protagonista de la mesa del 6 de enero.
El roscón es un bollo de masa fina con forma de anillo, más o menos redondeado, decorado con trozos de frutas confitadas de muchos colores. Y desde el último tercio del siglo XX suele añadirse nata, crema, chocolate, trufa o cabello de ángel en su interior.
Este dulce típico del 6 de enero esconde dentro de la masa un pequeño regalo. En épocas remotas, aquel que encontrara la sorpresa se convertía en el rey de la reunión, pero hoy en día se dice que la persona que coma el pedazo que contiene el regalo tendrá que pagar el roscón.