Tour: Philipsen logra doblete y Pogacar llega a Pirineos de amarillo - 800Noticias
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EFE | Foto referencial

En un esprint caótico como colofón de una jornada supersónica, el belga Jasper Philipsen (Alpecin) firmó el doblete en la decimotercera del Tour de Francia disputada entre Agen y Pau, de 165,3 km, en la que se retiró Juan Ayuso y el esloveno Tadej Pogacar (UAE) mantuvo el maillot amarillo a las puertas de Pirineos.

Tardó en aparecer Philipsen (Ham, 26 años), pero entró en la onda en Saint Amand Montrond y en Pau logró ponerse a una victoria del eritreo Biniam Girmay, esta vez «solo» cuarto. El ganador de la Milán San Remo se agigantó en la recta de meta y venció con autoridad, por delante de su compatriota Van Aert, con la miel en los labios por segundo día consecutivo.

Philipsen alzó los brazos al cielo con un tiempo de 3h.23.09, a una media asombrosa de 48,8 km/hora, una de las 10 etapas más rápidas de la historia. Girmay, después de su triplete, fue cuarto, y el propio líder, Tadej Pogacar, se metió delante con la novena plaza.

Pogacar y los hombres del podio no tuvieron precisamente una jornada cómoda, pero mantuvieron posiciones. El esloveno llega a la montaña pirenaica con una ventaja de 33 segundos sobre Evenepoel, 1.14 con Vingegaard, a 4.20 Almeida, Carlos Rodríguez primer español, quinto, a 4.40, y Mikel Landa sexto a 5.31.

Roglic y Herrada no salen, Ayuso fin a su debut

La etapa tenía la etiqueta de «transición», pero el comienzo no pudo ser más explosivo. No comparecieron en la salida Roglic, sexto de la general, ni Jesús Herrada, uno por caída, el español enfermo. Ya en carrera, y después de varios días de debilidad, se marchó a casa el debutante Juan Ayuso, otro top 10, noveno.

La baja del ciclista de Jávea, quien hará la prueba en línea en los Juegos de París, pero no la crono, que la disputará Oier Lazkano, representa un hándicap para Pogacar a las puertas de los Pirineos. El escudero de lujo del esloveno fue atrapado por el virus del Covid justo antes de las etapas con final en alto de Pla D’Adet y Plateau de Beille. El dorsal número 13 no será un buen recuerdo para Ayuso en su bautizo en el Tour.

El pelotón explotó nada más abandonar el pelotón la ciudad de Agen, antes gloriosa por su equipo de rugby, 8 veces campeón nacional, ahora en segunda división. En la ruta del Tour se formó una «mêlée» considerable entre vientos cruzados. Fueron 22 hombres los que quedaron al frente mientras el resto del pelotón se despedazaba.

Delante mucha calidad, con Adam Yates, octavo de la general a 7 minutos como hombre más peligroso. Allí estaba el campeón mundial Van der Poel, Oier Lazkano, Magnus Cort…suficiente nivel como para obligar a perseguir al Visma de Vingegaard y al Ineos de Carlos Rodríguez, un desgaste de rivales que le venía de maravilla al UAE.

Festival de abanicos, los favoritos en lucha

Definitivamente no iba a ser un día para mirar el paisaje. De la fuga salió un grupo rebelde con Kwiatkoweski, Bernard, Gregoire y Magnus Cort, otro buen grupo dispuesto a disputarse la etapa, pero la idea se vino abajo por el festival de abanicos que se produjeron en el grupo perseguidor.

El Visma rompió el grupo principal, una carta para tratar de descolgar algún rival. Pogacar, Evenepoel, Vingegaard, los hombres del podio a la gresca en río revuelto. Los acelerones terminaron de echar abajo la fuga inicial. Una etapa rápida y revoltosa abría un nuevo capítulo camino de Pau, la tercera ciudad más visitada por el Tour.

Volvió la tranquilidad menos para Carapaz y Johannessen, destacados en la subida a la Cota de Blachon. Lograron medio minuto en la segunda y última dificultad, la tachuela de Simacourbe, pero el grupo perseguidor quería un esprint y el Visma trabajaba para Van Aert, hambriento de victorias. A 22 de meta el ecuatoriano y compañía levantaron el pie.

Philipsen hace doblete y se acerca a Girmay

La etapa llegó a su fase final con un nivel de fatiga elevado. Un día duro, con viento, nervios por el viento, sin afectados en la general, pero sin algunos esprinters que quedaron cortados en abanicos, casos de Cavendish, el hombre récord, y Groenewegen. El esprint estaba cantado, a pesar del intento de Stuyvens y Van Moer a 15 de meta.

En el Tour no hay llegadas organizadas. Ningùn equipo domina con su tren y muchos se buscan la vida. Y ante todo, nervios. El Visma tenia claro que quería poner en bandeja la victoria a Van Aert, pero el Intermarché tenía a 3 hombres para lanzar a Girmay.

En medio de la vorágine hubo montonera a 50 metros de meta. Philipsen, sin la ayuda de Van der Poel, se soldó a la rueda de Girmay, lanzó el ataque de lejos y resistió e Van Aert. Doblete para Philipsen, también retando al eritreo para cuando pase la montaña. Fue su octavo triunfo en el Tour, el número 48 de su palmarés, el séptimo de la temporada.

«Me quedé atrapado por el viento, pero pude recuperar. Estoy feliz con la victoria y con las sensaciones. No fue el mejor inicio de Tour, pero ya llevo dos victorias. Quiero alguna más, pero iremos al día», dijo el ganador en Pau.

Llegan los Pirineos, la hora de la verdad

Este sábado el Tour entra en Pirineos con la etapa entre Pau y Saint-Lary-Soulan Pla d’Adet, de 151.9 km. Se trata de la «jornada del Tourmalet», la madre de todas las montañas de la «grande boucle», un ascenso de categoría especial de 18.9 km al 7,4).

Al puerto de «mal retorno», en lengua local, le seguirá el Hourquette d’Ancizan (2a, 8.3 km al 5%) y el ascenso final a meta tras superar otro puerto de categoría especial, Pla D’Adet (10,6 km al 8). Primera gran cita de montaña, los favoritos a escena.

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