Tokio 2020 contacta a sus voluntarios tras renuncias por polémica sexista
EFE
Los organizadores de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020 contactaron este sábado a los voluntarios que participarán en el evento, disculpándose por los comentarios sexistas de su presidente, que han motivado un aluvión de renuncias.
El correo electrónico, que ha sido compartido por algunos de los receptores a través de la redes sociales, expresan las «profundas disculpas» del comité organizador por los comentarios «inapropiados que van en contra del espíritu olímpicos» realizados esta semana por su presidente, Yoshiro Mori, y que han generado gran repercusión.
«Queremos celebrar un evento que contribuya a lograr una sociedad donde nuestras muchas diferencias sean naturalmente reconocidas y aceptadas», señala el escrito.
«Nos gustaría que el torneo fuera un éxito con ustedes. Esperamos sinceramente que podamos seguir caminando juntos», añaden.
Mori, de 83 años, hizo esta semana unas declaraciones que desataron fuertes protestas dentro y fuera del país sobre la conveniencia de limitar el tiempo de intervención de las mujeres en las reuniones directivas por su tendencia a hablar demasiado.
«Oí a alguien decir que si aumentamos el número de mujeres en la junta tenemos que regular el turno de palabra de algún modo o si no, no terminaremos nunca», dijo durante una reunión extraordinaria del Comité Olímpico de Japón (COJ) en la que se habló de su objetivo de aumentar el número de mujeres miembros del 20 % al 40 %.
Mori compareció el jueves en una rueda de prensa controvertida en la que pidió disculpas y abogó por permanecer en el cargo.
Según ha reconocido la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, la polémica ha provocado renuncias de voluntarios que iban a participar en los Juegos, cuya inauguración está prevista para el 23 de julio.
El comité organizador de Tokio 2020 aspiraba a reclutar a unos 80.000 voluntarios para realizar tareas de apoyo relacionadas con los deportistas, las competiciones y los espectadores. El gobierno de la ciudad de Tokio enroló a otros 30.000, entre los que también ha habido renuncias.