¿Tienes fe o razonas?, por María García de Fleury
María García de Fleury
Es difícil entender por qué la fe es algo tan apreciado a los ojos de Dios.
Jesús dijo: «Crees porque me has visto; felices los que no han visto pero creen». Estudiando y meditando este tema caemos en cuenta de que la fe cristiana no es la antítesis de la evidencia y la razón. El cristianismo es una fe arraigada en la historia, no una filosofía abstracta.
San Pablo escribió que si Jesús no hubiera resucitado de entre los muertos, la fe cristiana sería habana y Los seguidores de Jesús serían los más desdichados de todos los hombres.
El profeta Isaías decía: «Vengan ahora y razonemos porque la fe comprendida adecuadamente es congruente con la realidad y profundiza nuestro entendimiento de ella. La razón purifica la fe; una fe sin razón se arriesga a bajar al nivel de la superstición y por otra parte, la razón sin fe construye un mundo cerrado, sin ventanas ni puertas. Sin embargo la fe por sí misma aunque no es lo contrario de la razón si es distinta de ella.
Si piensas que la fe es algo para niños o para personas ingenuas considera lo siguiente: Los materialistas, los racionalistas, los ateos, ponen su confianza en última instancia en ciertas proposiciones que requieren tener fe. Decir que la verdad solo se entiende a través de la razón es una declaración de fe. Negar la existencia de Dios, es un salto de fe igual que reafirmarla.
La mayoría de las cosas de las que creemos más profundamente por ejemplo los derechos humanos, la igualdad humana, no son comprobables empíricamente. La función suprema de la razón es mostrarle al ser humano que algunas cosas están más allá de la razón, eso lo decía Blaise Pascal.
Algo no requeriría tener fe si la prueba de ella fuera absoluta, la fe requiere la posibilidad de rechazo, o no es fe. Esa es la clave para comprender por qué la fe se aprecia tanto en la tradición cristiana, es porque implica una confianza que no sería necesaria si la existencia de Dios estuviera sujeta a una comprobación matemática.
Lo que dios busca no es nuestro consentimiento intelectual, lo que Dios busca es una relación con nosotros, ese es después de todo uno de los propósitos de la Encarnación de Dios en Jesús.
La fe demuestra la confianza humana en Dios y demuestra que aceptamos el amor de Dios hacia nosotros. Hay una fuerza en el amor que quiere ser recibido, nuestras formas más importantes de conocimiento rara vez provienen de la lógica o de las evidencias. Toda relación significativa entre padres e hijos, esposos, amigos, implica cierto grado de confianza mutua. Por ejemplo: Yo sé que mi esposo me ama porque lo conozco, conozco su corazón, conozco su carácter y confío en él. Mi conocimiento sobre él no se trata de una certeza que yo pueda comprobar, sino más bien de una confianza bien localizada en quién es él. Una fe en el que es el cualitativamente diferente y más personal que la certeza intelectual.
Amigos sin duda la fe está vinculada al amor de una manera en que no lo están ni la deducción ni la razón. Más cambiamos por lo que amamos que por lo que pensamos. Comienza con fe amar a Dios y comprobarás que con Dios siempre ganamos