¿Tienes derechos?, por María García de Fleury - 800Noticias
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El 10 de diciembre se celebra todos los años el Día de los Derechos Humanos, coincidiendo con el aniversario de la Declaración Universal de Los Derechos Humanos que se aprobó en 1948. Los derechos humanos son derechos inalienables, que pertenecen a todos los seres humanos sin importar raza, sexo, nacionalidad, lengua, religión, origen étnico, o cualquier otra condición.

Actualmente existe una lista de derechos humanos creada por las Naciones Unidas donde se defiende el derecho a la vida, a la libertad, a la educación, al trabajo, a la vivienda, y muchos otros más que deben ser respetados sin que exista discriminación alguna. La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su primer artículo dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.

Este es el documento más traducido del mundo, disponible en más de 500 idiomas, por eso tiene hasta un record Guinness. Aunque queda mucho camino por recorrer para que los derechos que en él se exponen sean respetados en todo el mundo, el hecho de que perdure aún este documento, es signo inequívoco de que se les reconoce su valor por parte de los estados y de la sociedad en general.

El concepto de derechos humanos nació en un contexto cristiano y puso como ejemplo a Santo Tomás Moro, un abogado que al precio de su propia vida demostró cómo los cristianos son los primeros en rechazar en nombre de la libertad de conciencia cualquier proyecto de atropello. El vínculo entre el cristianismo y la libertad es original y profundo, hunde sus raíces en las enseñanzas de Cristo y encuentra más tarde en San pablo a uno de sus promotores más enérgicos y geniales.

La libertad es inherente al cristianismo, porque como dice San Pablo: “Cristo nos ha liberado para que seamos libres, y si bien San Pablo habla de la libertad interior, esa repercute en el ámbito social. La humanidad a lo largo de su historia ha pasado por momentos muy duros, pero justamente ahora estamos atravesando una profunda crisis, como no se había presentado antes, que ha trastocado todos los cimientos de la vida de toda la raza humana, hace falta mayor conciencia, mayor unión, mayor compromiso, y un mundo de igualdad para que logremos salir adelante y superar esta difícil prueba que nos ha traído la pandemia.

Juntos podemos hacer de nuestro planeta un lugar más sostenible, con mayores oportunidades para todos y teniendo muy presente a los derechos humanos, donde existe el compromiso de los distintos sectores de la vida pública y privada, organizaciones, gobiernos y la sociedad en general para contribuir a la pronta recuperación y a un mayor bienestar colectivo, donde todos salgamos ganando.

El llamado es a reconocer la dignidad de cada ser humano, a respetarnos mutuamente, a reconocer los derechos fundamentales de la persona humana y a resaltar el compromiso de los católicos, con la defensa y promoción de los derechos humanos, porque hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios y ¡con Dios siempre ganamos!