Suspenden contrato para autódromo de Fórmula Uno en Río de Janeiro
EFE
La Justicia brasileña suspendió este viernes, con carácter cautelar, la contratación del consorcio que venció la licitación para la construcción del nuevo autódromo de Río de Janeiro por falta de estudios medioambientales y de la licencia ambiental exigidos por las autoridades.
La decisión fue tomada por el juez Adriano de Oliveira França, del décimo juzgado federal de Río de Janeiro, y quien consideró que el Bosque de Camboatá, por donde pasará el nuevo autódromo, «es un área con vegetación en regeneración de elevada importancia ecológica para la ciudad y las discusiones sobre el tema son antiguas».
El Ministerio Público Federal (fiscalía) había pedido a la Justicia la suspensión del inicio de las obras hasta que fuese concluido el Informe de Impacto Ambiental y que la licencia previa fuese concedida por parte de las autoridades medioambientales.
La licitación para la construcción del autódromo, abierta por la Alcaldía de Río de Janeiro, fue vencida el pasado 20 de mayo por el consorcio Rio Motorpark, responsable por las obras en los terrenos cedidos por el Ejército en el parque de Deodoro.
La construcción del nuevo autódromo, que relevará al desaparecido de Jacarepaguá, tiene el respaldo del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien públicamente manifestó su intención de llevar para Río de Janeiro el Gran Premio (GP) de Brasil, una de las pruebas puntuables del campeonato mundial de automovilismo en Fórmula Uno.
La decisión aún en el aire sobre si será Río de Janeiro o Sao Paulo la ciudad que albergará el GP de Brasil a partir del año 2021 ha agitado la rivalidad entre las dos mayores metrópolis del país.
El grupo que dirige la Fórmula Uno, Liberty Media, tiene firmado un contrato en el que se comprometió a organizar el GP de Brasil en Sao Paulo, la ciudad más rica y poblada del país, hasta 2020, tal y como viene haciendo desde hace casi treinta años.
Sin embargo, a partir de 2021 no hay nada definido, y ahora se ha abierto la posibilidad de que la prueba vuelva a Río de Janeiro, la ciudad más emblemática del país y que llegó a celebrar diez carreras antes de que el GP de Brasil pasase a ser acogido por la capital del estado vecino en 1990.