Sufrir es un misterio, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por: María García de Fleury

El sufrimiento no es un problema, si fuera un problema tendría algún tipo de solución, el sufrimiento es un misterio por eso permanece como tal. Preguntarse acerca del misterio es expandir el circulo de comprensión y de luz que tenemos respecto a la vida sabiendo que siempre va a haber algo más a lo que no podemos llegar.

Una pregunta sobre el misterio se responde con una respuesta al misterio, lo profundo llama a lo profundo, el misterio implica mirar, contemplar, intuir, aceptar, incluye a la persona a diferencia del problema que busca razonar, resolver, llegar a conclusiones y hacer juicios y donde la persona no necesariamente tiene que incluirse. Por ejemplo, el amor es un misterio, viajar a la luna es un problema.

Frente al misterio hay dos posiciones, la de los existencialistas ateos que dicen que el misterio es todo aquello sin sentido, vacío de significado, oscuro, irracional, fatalista y la de la persona de fe que dice, “no entiendo, todo está oscuro, pero Dios provee la luz que necesito, vivo en oscuridad, veo solamente sombras y rayos de luz, pero no el sol”.

Para la persona de fe la realidad objetiva es la luz, la actitud que una persona tenga frente al sufrimiento depende del concepto que tenga de la vida, ¿tiene algún sentido la vida y todo lo que la rodea o es el universo entero algo sin sentido?

Nadie sufre igual que otra persona, de entrada, todos los sufrimientos son diferentes, aunque tengan tantas cosas en común son diferentes porque es el propio de cada uno y de cada persona como un ser único e irrepetible, cada uno siente su sufrimiento de acuerdo a su constitución física, a su condición cultural, social, histórica, cada quien tiene que enfrentarse con el sufrimiento de manera personal.

Cuando alguien tiene una enfermedad grave sus familiares, amigos, comienzan a sentir temores, angustias, frustraciones, que le resultan muy novedosos, puede incluso que alguno ya haya pasado por una situación similar, pero de nuevo la ansiedad, el miedo vuelven otra vez a hacer su aparición, se empieza a andar por un camino con esperanzas, fortalezas, también con debilidades, humor, rabia, dolor, incertidumbre, frustraciones y esperanza.

Quizás el compartir nuestras experiencias ayudan a definir nuestros sentimientos para enfrentarnos con el dolor, mantener la estabilidad emocional y la esperanza conforman un factor decisivo para enfrentarnos al sufrimiento, sobretodo porque no sabemos cuánto tiempo vamos a lidiar con él.

Amigos, hay que distinguir entre las enfermedades que sirven para caminar hacia Dios y las que deben ser curadas para que podamos caminar mejor hacia Dios, en esa diferencia se encuentra toda la doctrina de la iglesia y las enseñanzas tanto de los padres de la iglesia como de los santos, es lo que significan las palabras de Jesús “vete, tu fe te ha salvado”.

Aunque el sufrimiento sea un misterio, Jesús quiere nuestra sanación, pero sobretodo nuestra salvación, porque sabe que ¡con Dios siempre ganamos!