Sinodalidad, por María García de Fleury - 800Noticias
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El Papa Francisco ha invitado a toda la iglesia a un sínodo que se titula “Por una iglesia sinodal, comunión, participación y visión”. Se inició los días 9 y 10 de octubre del 2021 en Roma, y el 17 de octubre de 2021 en cada iglesia particular, este va a ser un camino de dos años, buscando que todos los creyentes puedan tomar parte en las reflexiones y llevar conclusiones al sínodo que se realizará en octubre del 2023.

La iglesia lo que está buscando es hacer un camino de diálogo, de escucha mutua, de escuchar al espíritu santo, las soluciones a los problemas que vivimos deben buscarse dándole la palabra a Dios y a sus voces rezando y abriendo los ojos a todo lo que nos rodea, viviendo una vida fiel al evangelio, confiando en el espíritu santo sin tener miedo de entrar en diálogo con los demás.

Esta reunión de obispos, sacerdotes, consagrados y laicos es una oportunidad para encontrarnos, escucharnos y reflexionar juntos sobre los temas que preocupan a las personas en la actualidad, sobre las esperanzas de los fieles, la necesidad de renovar pastoralmente algunas realidades locales.

El Papa dice que todos debemos sentir que la iglesia es nuestra casa, que es cercana a todos y por eso podemos participar. La invitación es que en este encuentro se tenga la oportunidad de invocar y escuchar al Espíritu Santo que es quien guía hacia donde Dios quiere y no hacías donde nos llevarían nuestras ideas y nuestros gustos personales. El Espíritu Santo permite que podamos discernir cuales son los caminos del evangelio en el presente.

Al hablar de sinodalidad se habla de Sensus fidei, no puede haber sensus fidei sin participación en la vida de la iglesia que no es solo activismo político sino ese sentimiento que se alimenta de los sentimientos de Cristo como dice San Pablo en su carta a los filipenses.

En las escrituras encontramos indicaciones de que el espíritu le ha dado a los creyentes una sensibilidad especial con respecto a la verdad. Ejemplo de ese sensus fidei, está en las definiciones marianas de la Inmaculada Concepción por el Papa Pio IX en 1854 y de la asunción por el Papa Pio XII en 1950.

¿Qué pasó? que los fieles no dudaban que la Virgen María por ser madre de Dios había nacido sin mancha de pecado y que al morir su cuerpo no estuvo sujeto a la corrupción material, estas creencias hicieron que los papas consultaran a los obispos, estudiaran el caso teológicamente y le pidieran al espíritu Santo su ayuda para poder discernir.

De allí concluyeron que esa creencia tan popular era una certeza divina y se convirtió en obligación de creer para todos. El Papa Francisco señaló que estamos llamados a la unidad a la comunión y a la fraternidad, por eso caminamos juntos en el único pueblo de Dios para ser experiencia de una iglesia que recibe y vive el Don de la unidad y que se abre a la voz del espíritu.

Caminando hacia el sínodo de octubre de 2023 participemos todos en nuestras iglesias locales de manera de que se escuche nuestra Voz y que a la luz del evangelio y con la asistencia del Espíritu Santo podamos encaminar nuestra iglesia hacia esos principios que Jesucristo enseñó aplicados al mundo actual, porque él es Dios y con Dios ¡siempre ganamos!