Siete signos del deterioro físico que se asocian a mayor riesgo de muerte - 800Noticias
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Es bien sabido que la función motora, también conocida comúnmente como función física o capacidad física, disminuye con la edad. Y aunque los estudios demuestran que el declive de las capacidades cognitivas puede surgir hasta 15 años antes de la muerte, no está claro si ocurre lo mismo con las capacidades físicas. Ahora, un estudio publicado en ‘The BMJ’ concluye que un aumento del deterioro de las funciones físicas a partir de los 65 años se asocia a un mayor riesgo de muerte.

Concretamente, los signos de deterioro creciente, como la dificultad para levantarse de una silla o vestirse, aparecen hasta 10 años antes de la muerte, según los resultados. Por ello, los investigadores sugieren que la detección precoz de los cambios en la función motora «podría ofrecer oportunidades de prevención e intervenciones específicas».

Para profundizar en esta cuestión, los investigadores examinaron varias medidas de la función motora para ver su relación con la mortalidad durante un periodo de 10 años a partir de los 65 años aproximadamente.

Sus resultados se basan en más de 6.000 participantes del estudio británico ‘Whitehall II’, que reclutó a participantes de entre 35 y 55 años en 1985-88 para observar el impacto de los factores sociales, conductuales y biológicos en la salud a largo plazo. Y los datos han sido analizados por investigadores del la Universidad de París y del Centro de Neurología Cognitiva Lariboisière en el Hospital Fernand Widal en Francia, y del departamento de Epidemiología y Salud Pública, University College London en Londres, Reino Unido.

Entre 2007 y 2016, los participantes se sometieron a evaluaciones de la función motora hasta en tres ocasiones. Estas incluían mediciones de la velocidad de la marcha, el tiempo de levantarse de la silla y la fuerza de agarre, junto con medidas autoinformadas del funcionamiento y las dificultades con las actividades de la vida diaria, como vestirse, ir al baño, cocinar y hacer la compra. A continuación, se registraron las muertes por cualquier causa hasta octubre de 2019.

Tras tener en cuenta otros factores potencialmente influyentes, los investigadores descubrieron que una peor función motora se asociaba a un mayor riesgo de mortalidad del 22 por ciento en el caso de la velocidad de la marcha, del 15 por ciento en el de la fuerza de agarre y del 14 por ciento en el de levantarse de la silla a tiempo, mientras que las dificultades en las actividades de la vida diaria se asociaban a un riesgo un 30 por ciento mayor.

Estas asociaciones se hicieron progresivamente más fuertes con las evaluaciones posteriores de la vida. Otros análisis mostraron diferentes patrones de cambio entre los participantes que murieron y los que sobrevivieron.

Por ejemplo, los participantes que murieron tenían peores tiempos de subida de la silla que los supervivientes hasta 10 años antes de la muerte, peor funcionamiento autodeclarado hasta siete años antes de la muerte y más dificultades con las actividades de la vida diaria hasta cuatro años antes de la muerte. Estas diferencias aumentaron de forma constante en el periodo previo a la muerte.

Se trata de un estudio observacional, por lo que no puede establecer la causa, y los investigadores señalan algunas limitaciones, como la imposibilidad de examinar las trayectorias de la función motora según la causa de la muerte o en grupos minoritarios específicos, y el hecho de no tener en cuenta acontecimientos como las caídas o los ingresos hospitalarios.

No obstante, afirman que este estudio «se suma a la escasa literatura sobre el declive terminal de la función motora y, hasta donde sabemos, es el primero que examina las trayectorias terminales y a largo plazo relacionadas con la edad de múltiples medidas de la función motora».

PREVENCIÓN DEL DETERIORO DE LA FUNCIÓN MOTORA

Además, tal y como escriben en el informe, «el envejecimiento de las poblaciones en todo el mundo hace que sea importante comprender el estado funcional de los adultos mayores y el cambio en el funcionamiento con la edad». Estos resultados sugieren que las estrategias para reducir el declive acelerado deberían comenzar antes de la vejez, y que la detección temprana de los cambios en la función motora podría ofrecer oportunidades de prevención e intervenciones específicas, advierten.

«Este estudio se suma a una base de datos cada vez más amplia que aporta nuevos conocimientos sobre el envejecimiento saludable», afirman los investigadores en un editorial vinculado. Señalan que, a medida que los participantes en el estudio sigan envejeciendo y se disponga de más datos, esto ayudará a informar sobre el desarrollo de intervenciones para promover un envejecimiento saludable.

Aunque los autores sugieren que «la detección precoz de los cambios en la función motora podría ofrecer oportunidades para la prevención y las intervenciones específicas», no está claro cuáles serían estas intervenciones ni qué objetivo concreto tendrían. «A pesar de centrarse en la muerte como resultado en estos análisis, nuestro objetivo debería ser siempre añadir vida a los años, no solo años a la vida», concluyen.

Con información de Infosalud. 

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