Sevilla mucho más que un campeón
El campeón se volvió a vestir de campeón. El Sevilla no falló en su competición fetiche y con más sufrimiento del que muchos esperaban, se llevó la Liga Europa a Nervión, el pase a la Liga de Campeones y una importante inyección económica para las arcas del club. Los andaluces están especializados en esta competición y ya suman cuatro títulos en su palmarés.
Sevilla y Dnipro salieron al césped del Nacional de Varsovia a buscar el intercambio de golpes. Ambos comenzaron con un fútbol demasiado directo que sólo favorecía al conjunto ucraniano. Con tanto balón aéreo no se veía la calidad de los hispalenses y así, Kalinic no tardó en castigar a los chicos de Emery. Una rápida contra por la derecha terminó con el cabezazo del punta ante Rico para avisar de que la final no iba a ser un paseo. Los andaluces eran favoritos antes del duelo, pero estábamos ante un final de competición europea y esos carteles sirven de muy poco mientras la redonda todavía no es el centro de atención.
Lejos de hundirse, los sevillistas mantuvieron la cabeza fría pese a ir por debajo en el marcador y comenzaron a tocar el cuero. Con jugadores como Vitolo, Banega, Bacca o Reyes, pocas defensas pueden evitar que lleguen las ocasiones de gol. Boyko empezó a verse asediado y el fútbol premió al buen trato de balón del Sevilla. En una jugada ensayada aprovechó Krychowiak para disparar con potencia por bajo y por el centro de la meta rival. El polaco, que completó un gran partido, se echó el equipo a su espalda ante sus compatriotas y terminó igualando la contienda.
El jugador con más calidad del Dnipro, Konoplyanka, obligó a Emery a reaccionar tras su idea inicial. Aleix Vidal sufrió demasiado ante el internacional ucraniano y finalmente, el preparador donostiarra se vio obligado a dar entrada a Coke. Reyes fue el sacrificado y el lateral cerró la banda derecha.
Konoplyanka estaba más controlado, pero el esférico apenas paraba por la medular. El esfuerzo se notaba y la precisión escaseaba en la fase de creación. El cuero iba de un lado a otro y sólo se creaba peligro por medio de acciones a balón parado.
El Dnipro daba más sensación de peligro, pero Vitolo estuvo rápido para aprovechar una mala salida de balón desde la defensa de los ucranianos para poner el cuero sobre Bacca. El colombiano sacó frutos de su juego entre el fuera de juego y la posición legal y sorprendió a la defensa del Dnipro para quedarse otra vez ante Boyko. El colombiano no falló y grabó su nombre en la historia del club hispalense si no lo había hecho ya.
A partir de entonces, el Dnipro lo intentó por todos sus medios, pero la zaga sevillista lidera por un gran Tremoulinas no dio opción para la sorpresa. Sergio Rico apenas tuvo que manchar sus guantes y Boyko todavía tuvo tiempo para evitar que Bacca lograra una gloria mayor si no la tenía ya.